«Pienso que yo tenía que quedarme con ella flotando así con los chalecos, se hubiera hecho más fácil ayudarla, hubiésemos nadado, pero en un momento como ese, entre la desesperación, pierdes la noción de todo. Hoy yo me salvé y ella no, pero eso es lo que he lamentado desde entonces porque realmente hubiese preferido que fuera al revés, hubiese preferido ahogarme yo y no ella», dijo José Alberto Cedeño en entrevista concedida a este portal en agosto de 2021
El Cooperante
El 23 de marzo de 2019, la vida de Ángela Nohely Aguirre Yaguare se truncó trágicamente en las aguas del río Caroní, en el estado Bolívar. Tenía apenas 16 años cuando desapareció durante la celebración del cumpleaños de su amigo José Alberto Cedeño. El sábado 22 de noviembre, Ángela estaría celebrando sus 22 años. El Cooperante siguió el caso desde su conocimiento. Un hecho lamentable que conmocionó a la opinión pública y marcó una estela de versiones encontradas, testimonios opuestos y denuncias de «injusticia» para los implicados. Según la primera versión que circuló en redes sociales, la adolescente habría sido violada, maniatada y asesinada entre siete personas en una isla, pero el juicio que duró dos años concluyó que esto no ocurrió. Al sol de hoy, dos personas siguen tras las rejas, condenados a 29 años de cárcel, pese a que alegan que solo se trató de un accidente. A continuación los datos más impactantes del suceso.
Para muchos escuchar o leer sobre Ángela Aguirre significa conocer del macabro y dantesco femicidio perpetrado por siete personas que sufrió la adolescente de 16 años en Ciudad Guayana en marzo de 2019, cuando fue a una fiesta de cumpleaños en un club. Pero para los implicados, solo se trata de una gran pesadilla de malos entendidos, venganza y un accidente que marcó su vida para siempre.
El rostro de Ángela -pese a ser menor de edad- circuló en redes sociales y medios de comunicación nacionales e internacionales, para muchos se convirtió en imagen de la violencia contra la mujer y el femicidio. Tras el hallazgo de su muerte y la información que dio a conocer el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, diversas noticias circularon en torno a su lamentable y temprana partida física.
La batalla por establecer la verdadera causa de muerte se libró entre dos autopsias, lo viral del caso en redes sociales, un audio manipulado, filtración de pruebas, el traslado del caso a Caracas y la declaración a este portal de la mayoría de los implicados.
¿Qué le pasó a Ángela?
El 23 de marzo de 2019, la joven que cursaba quinto año de bachillerato desapareció tras salir con unos amigos para celebrar el cumpleaños de José Alberto Cedeño en el Club Ítalo-Venezolano de Ciudad Guayana. De allí zarpó en una lancha junto a otras siete personas a hacia la isla La Terecaya, pese a la prohibición de salida de las embarcaciones.
Ángela perdió contacto con su madre a las 8:00 p.m. Horas después la mamá de José Alberto le llamó para decirle que «la niña se había caído de la lancha y no la encontraban». Su cuerpo fue hallado por los equipos de rescate flotando, con su traje de baño y salvavidas puesto, a casi ocho kilómetros río arriba, contracorriente, en adyacencias del Balneario El Rey del río Caroní, en Puerto Ordaz, después de tres días de búsqueda.
El Tribunal Primero de Juicio Contra la Violencia de la Mujer del Área Metropolitana de Caracas inició el juicio por el feminicidio de la adolescente el pasado 21 de octubre de 2020, luego de que el caso fuera trasladado a la capital para evitar irregularidades en el proceso. El director general del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico publicó el 26 de marzo de 2019 en su cuenta de Instagram que la causa de muerte de Aguirre fue por asfixia mecánica por inmersión con lesiones en las partes íntimas y hematomas.
Días después, se hizo una segunda autopsia y el 29 de marzo Rico ofreció una rueda de prensa desde la Subdelegación Ciudad Guayana, en la que reveló que el cuerpo de la joven estaba boca abajo y por la posición se generó la lividez post mortem (coloración rojiza-amoratada debida a una acumulación de la sangre en esas zonas), además de rigidez cadavérica y la saponificación (abombamiento del cadáver).
«Hubiese preferido ahogarme yo»: la entrevista exclusiva a José Alberto Cedeño
Corría agosto de 2024, y lo que para muchos fue una demostración de «justicia», para José Alberto Cedeño se convirtió en el peor horror que pudo haber imaginado. A sus 21 años, se enteró de que tendría que pasar los próximos 29 años tras las rejas por los delitos de femicidio agravado y suministro de sustancias a menores de edad.
En aquel entonces estaba preso en la cárcel Rodeo II, ubicada en Guatire y desde una mesa de concreto, relató a este portal su versión de los hechos, según la cual nunca existió un femicidio porque «no tendría razones para hacerle daño a una de sus amigas más cercanas».
De acuerdo a la conversación que duró más de una hora, ese día invitó a Ángela a ser parte de la celebración de su mayoría de edad, nunca se imaginó no planeó lo que sucedería. Fue un accidente, reiteró.
«Nos tomamos no más de cinco cervezas y ella se quiso bajar al río, empezamos a hablar, nos metimos dentro del agua y nos empezamos a besar. De la popa de la lancha a donde estábamos, calculo que había unos seis metros y nos fuimos dejando llevar por la corriente. Pero nadamos en diagonal en contra de la corriente para que no nos alejáramos mucho. Llegamos al punto donde queríamos estar, recuerdo que quedé de espalda a la isla y ella me abrazó, seguimos besándonos y la corriente nos empezó a llevar», detalló.
En un punto, siguió, se habían alejado considerablemente y ella se arregló el traje de baño y empezaron a nadar, pero quedaban en el mismo sitio. «Ella estaba detrás de mí, yo empecé a nadar porque sentía que me estaba ahogando, pero quedaba en el mismo lugar. Cuando vi uno de los palos donde amarran las lanchas, intenté llegar hasta allí y en ese momento vi un faro: era Glauber que me estaba buscando desde hace rato porque quedamos en fumarnos un cigarro».
«Yo me estaba ahogando, estaba cansado y me faltaba oxígeno. Me di cuenta de que Ángela no estaba. Ellos me ayudaron y me sacaron del agua y yo les decía que Ángela venía atrás de mí, pero estaba mareado. Empezaron a buscarla y no la encontraron. No estaba. Eso pasó como a las 8:30 p.m. y era la 1:20 a.m. y todavía la estábamos buscando. Durante todo ese tiempo las muchachas y los demás estaban en la orilla buscando ayuda con las demás personas. Llamaron al 171, nos fuimos al muelle y nos dijeron que nos teníamos que ir porque el río estaba muy picado a esa hora. La lancha no la dejaron sacar porque había una persona desaparecida».
Las siguientes horas, llevaron a cabo la búsqueda de la adolescente sin éxito. José Alberto indicó que hasta el último momento pensó que la encontrarían con vida porque ella tenía puesto el chaleco. Lo que fue corroborado cuando encontraron el cadáver flotando tres días después.
Lamentó que el caso se haya vuelto mediático y que desde el primer día los acusaron de cosas «horribles», cuando todo fue una mala jugada del destino, a su juicio.
«Al principio lo catalogaron de muchas maneras, el segundo día que no aparecía nos acusaron de que la teníamos secuestrada, dijeron cosas horribles, pero apenas el cuerpo apareció, dijeron que le habíamos hecho hematomas, cuando eran golpes de digitopresión según explicaron en el equipo elite del Ministerio Público. Lo más curioso de todo es porqué se realizaron dos autopsias, nadie sabe cuándo fue realizada la primera porque según lo que dice el papel se hizo el 26 de marzo a las 8:30 a.m., pero el mismo día a las 11:00 p.m., el empleado fúnebre recibió el cuerpo de Ángela sin autopsia, llamó a la fiscal y le dijo que tenía el cuerpo, pero no tenía autopsia y solo estaba el acta de defunción que decía que murió por inmersión», refirió.
¿Entonces tú insistes en ser inocente?
Totalmente inocente, la verdad no tendría por qué hacerle daño si era mi amiga.
-¿Crees que algo de lo que hiciste esa noche le causó la muerte?
Quiero que sepas algo, ella misma me dijo para meternos al agua, pero yo también quería, los dos quisimos hacerlo, la culpa no fue de ella ni mía. Pero pienso que yo tenía que quedarme con ella flotando así con los chalecos, se hubiera hecho más fácil ayudarla, hubiésemos nadado, pero en un momento como ese, entre la desesperación pierdes la noción de todo.
Hoy yo me salvé y ella no, pero eso es lo que he lamentado desde entonces porque realmente hubiese preferido que fuera al revés, hubiese preferido ahogarme yo y no ella.
No podrán repetir juicio
Desde que Wilmer Antonio Díaz, Glauder Zorrilla, Orlando Salazar, Dayana Nicieza y Joselyn Barreto fueron liberados en 2021, la defensa de la familia Aguirre informó que impugnaría la sentencia ante la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia.
Una fuente ligada al caso que pidió mantener su nombre bajo anonimato, dijo a El Cooperante que ya no hay nada que hacer sobre el caso porque hay una sentencia condenatoria y una absolutoria.
Han pasado más de cinco años del suceso, y con Ángela en el recuerdo al aproximarse la fecha de su cumpleaños, este caso continúa siendo una herida abierta en la opinión pública venezolana. En 2019, se registraron 167 víctimas de femicidio consumado en Venezuela, de acuerdo a datos de la ONG Utopix.
