Las armas de los policías se pagan en pesos y dólares

La delincuencia ataca los comandos para buscar armas largas. La mafia se radicó en el centro del país, en Aragua robaron 21 fusiles y en Los Teques se llevaron pistolas y escopetas. Las «bandas se están armando con pistolas del estado», detallaron los especialistas en seguridad. Creen que las medidas del Gobierno para proteger a los funcionarios no son efectivas

En seis meses, los grupos criminales han atacado cinco sedes policiales para robarse las armas, en su mayoría de alto calibre. Las mafias se concentran en el centro del país, en Caracas, Miranda y Aragua. El cargamento lo revenden en pesos y dólares. Alfredo Yuncoza y César Guardiola, consultores de seguridad, detallan que las «bandas se están armando con pistolas del estado», aunado a la crisis que viven las policías por falta de funcionarios.

El negocio es redondo. Los precios se comparan con los de México y otros países de América Latina. Un fusil AR-15 puede venderse hasta en 10 mil pesos, unos 539 dólares, y un fusil de asalto Ak-47, de origen ruso, oscila los 810 dólares. Las granadas tienen buen mercado en el país, entre 80 y 100 mil bolívares, unos 10 dólares.

El dinero de ganancia provocó un descaro entre los asaltantes, ya no disparan contra los funcionarios de guardia o libres de servicio para robarles las pistolas, ahora, se organizan y atacan los cuarteles. En febrero, los hampones entraron a la antigua Hacienda El Recreo y casa presidencial de La Victoria, estado Aragua. Los cinco delincuentes sometieron a Luis Tovar, sargento segundo de la Guardia de Honor Presidencial.

El hampa se hizo con 21 fusiles tipo M4, M16, AK103, dos armas de fuego, 81 cargadores de armas largas y una camioneta Toyota Hilux con identificación gubernamental. En este caso la investigación apunta al «Carlitos» y su banda que opera en Aragua y Guárico, a quienes siguen desde el 2013. Unas 48 horas más tarde hallaron el arsenal en el sector Cartanal del estado Miranda.

Horas antes, en Caracas, se frustró un hurto. Se conoció que 20 maleantes, en motos, aprovecharon que el funcionario encargado del parque de armas de la Escuela Superior de la Guardia Nacional (GN) de Caricuao no estaba. Intentaron robar la armería, pero un teniente disparó contra estos y huyeron.

Los ejemplos de grandes asaltos se remontan a comienzos de 2016. Son los únicos casos públicos, el Gobierno oculta cifras para no alarmar.

Complicidad

Para Yuncoza, uno de los fines por los que los clanes buscan armamentos en comandancias policiales, es la venta en el mercado negro. «No es secreto que las armas siempre han sido caras y acá ya no hay armerías por eso los roban». Las diferentes tasas de la divisas en el país han dificultado el ingreso de armas al estado y solo el Gobierno hace dotaciones.

Aunado al dinero que genera este delito, destaca que la cantidad de armas que pueda tener un grupo criminal. Su potencia hace que los líderes se sientan con mayor poder que sus rivales. «Habría que estudiar el lenguaje criminal, en las cárceles es donde mayormente se ve», que se miden de sus oponentes por las pistolas que tienen en su poder. La procedencia de las mismas demuestra que la delincuencia ha perdido el respeto a las instituciones de seguridad nacional.

Yuncoza sugiere realizar una evaluación minuciosa a los parques de armas. Lugares que deberían contar con un riguroso control, vigilancia de cámaras y conteo a diario de armamento, están siendo objeto fácil de robos. «La complicidad es el mayor factor», refiere que es evidente que los comandos no tienen una seguridad acorde a los niveles de delincuencia en Venezuela.

Poca vigilancia

Guardiola destaca que la falta de personal en los cuerpos policiales facilita a que el hampa logre estos ataques. «No es normal que un comando donde guardan armas solo hayan dos funcionarios». Aunado a eso, el sueldo que tienen los policías es muy bajo y por ende estos emigran de la seguridad pública a trabajar con la seguridad privada como escoltas.

«En tropas militares hay chamos que están solicitados y como no hay filtros están ahí escondidos ‘sirviendo’ al estado». Los cuerpos militares deberían prepararlos para seguridad civil por la crisis de delincuencia que vive el estado y así apoyar el trabajo de las Policías regionales y municipales.

CASOS

Ambición

El 10 de febrero, Franklin José Abad (18) y Yonaiker Miguel Barreto Martínez (18), soldados de la Guardia Nacional, usaron sus fusiles y asesinaron al sargento Freddy Alejandro Romero Madrid. Huyeron con los tres fusiles. Los capturaron y recuperaron el armamento.

Descaro

En la Sub-delegación Calabozo de la Policía científica, en la urbanización Centro Administrativo, calle 10 del municipio Francisco de Miranda de Guárico, se fugó Johan de Jesús Rodríguez (23) con una Sub-ametralladora, UZI, calibre nueve milímetros con un cargador contentivo de 10 balas. Nunca la hallaron.

Unos 400 policías muertos

La Fundación para el Debido Proceso (Fundepro), en su informe anual Funcionarios Caídos 2015, reflejan que 344 funcionarios murieron, de los que 85 son presuntamente para robarles el arma de reglamento. Algunos no la tenían consigo y les dispararon. La mayoría en el estado Miranda.

Doscientos cincuenta y seis eran policías, 65 militares y 23 escoltas. El informe destacó que 89 de estos estaban laborando cuando los sometieron, mientras que 255 estaban francos de servicio. El trabajo destaca que a 85 los mataron para presuntamente quitarle su arma de trabajo.

En 2016 el hampa ha cobrado la vida de más funcionarios para despojarlos de su arma de reglamento, en su mayoría de la Guardia nacional. Solo en Caracas suman 67 con el asesinato del oficial.

 

La Verdad