«Ladrón que se meta, ladrón que vamos a linchar»

Los vecinos del parcelamiento El Valle mataron a un robacasas luego de que hiriera a uno de sus vecinos en un asalto. El delincuente permanece sin identificación en la morgue forense. De sus dos cómplices no hay rastro. La Policía investiga el caso

“Ya estamos cansados de los choros. Ladrón que se meta, ladrón que vamos a linchar», sentenció una vecina desde la cerca lateral de su residencia. Sus declaraciones armaron la historia. Al desconocido que yacía en la calle principal del parcelamiento El Valle, al oeste de Maracaibo, era un ladrón.

Quienes residen en la calle 98F avenida 78 de la parroquia Francisco Eugenio Bustamante. Se declararon inocentes. Juraron a los policías que no vieron nada. El rastro de sangre llevó a los detectives de la División de Homicidios hasta una casa sin número. Allí, el forastero llegó a robar con dos compinches.

Los delincuentes ingresaron en la madrugada. Sometieron a la familia y revisaron las habitaciones en búsqueda de los objetos de valor. Raúl Valero, propietario, se resistió, se les enfrentó y le dispararon en el cuello y en el brazo. Las detonaciones despertaron a los vecinos y corrieron en su auxilio, comentó un policía.

Dos delincuentes huyeron. Abandonaron a uno de sus cómplices a su suerte. La multitud lo sacó a golpes, lo arrastró hasta la calle, lo amarraron y lo golpearon con objetos contundentes. Lo dejaron morir en la vía pública. Tenía marcas de cortaduras de cuchillos en su cuerpo y hematomas en sus nalgas.

La escena

El cadáver quedó boca abajo. El suéter marrón que vestía tenía manchones de sangre. Sus agresores le bajaron los pantalones grises y el bóxer azul hasta la rodilla para pegarle. Tenía moretones en los muslos y en los glúteos.

Ninguno de los curiosos lo reconoció. Era la primera vez que lo veían en el sector. La víctima, de tez morena, cabello canoso y de unos 40 años, no portaba documentos de identificación, le faltaban los zapatos y una media.

El cadáver lo acomodaron en una bandeja metálica y lo trasladaron a la morgue forense. Su víctima permanece en estado crítico en el Hospital Universitario. Los policías esperan que se recupere para que les detalle lo sucedido.

Fue hallado boca abajo con el pantalón a medio poner  en un callejón frente a un quiosco celeste, que claramente se podía observar como estaba manchado de sangre.

«Nos tienen hecho un hueco», se quejaban los curiosos en el parcelamiento. Los robos y los hurtos a residencia se incrementaron, desapareció el patrullaje policial y la seguridad ahora depende de ellos. «Al que atrapemos no se salva».

Decididos

El último caso lo reportaron el pasado miércoles. Pedro Manuel Araque (19), alias el “Papa”, se robó una motocicleta de una parada y sus víctimas lo siguieron, lo acorralaron e intentaron prenderle fuego. La Policía los detuvo, antes de que el cuerpo ardiera en el hueco de una construcción paralizada en la avenida La Limpia con el sector Francisco de Miranda.

 

Daniella Sánchez Pacheco / La Verdad