La joven madre aragüense Adalí Borja migró a Colombia en 2020. Tenía muchos planes para ella y sus hijos. Pero un mal día, desapareció. Su madre, Carmen, pide respuestas y apoyo a las autoridades de Colombia y Venezuela
por Jhoana Suárez/La Nación
Adalí Silvestra Borja Vilorio, de 24 años, salió de su casa en el estado Aragua buscando un mejor futuro para ella y sus dos hijos. Su primera parada fue en Cali, Colombia; luego fue a Popayán, pero terminó atendiendo una oferta de trabajo en una finca en Nariño. Desde entonces, Carmen, su madre, perdió su rastro.
Carmen Vilorio recuerda con mucha claridad aquel 8 de julio de 2020, el último día que tuvo contacto con Adalí: «Se fue a buscar una mejor vida y las cosas son peores ahora, porque ella no está y yo cuido de sus dos hijos ahora».
Adalí se dedicaba a la peluquería; y aunque trabajó en un local en San Mateo, estado Aragua, no era suficiente para cubrir las necesidades de sus pequeños. Es así como viaja a Colombia, pero nunca imagino que ese viaje cambiaría su vida y la de su familia.
La idea de Adalí, según cuenta su madre, era tener el dinero para montar un local en Colombia y llevarse a sus dos hijos. «Eran las 7 de la mañana cuando me respondió el último mensaje, a la 11 de la mañana ya no recibió más y ahí fue supe que algo no estaba bien, ella me contestaba siempre y estaba al pendiente de sus hijos todo el día».
«Solo versiones»
Carmen contó que hasta ahora ha escuchado muchas versiones sobre lo que pudo haber ocurrido a su hija. Algunas de ellas le dicen que su hija murió, que la enterraron, que la dejaron en un cerro, pero nada de ello está confirmado. «Mientras no haya un cuerpo o un ADN, mi hija está viva».
Aseguró que la denuncia sobre la desaparición de Adalí fue puesta en Colombia. En Venezuela no se la recibieron porque la desaparición ocurrió fuera del país. «Pero para hacer la denuncia afuera nos piden la denuncia de acá, y ahí está el problema, porque ella no desapareció aquí, pero ella es venezolana, y yo necesito una ley que me apoye».
Carmen confesó que en Venezuela no ha tenido mucha suerte con la búsqueda de su hija, no ha tenido apoyo de las autoridades, solo el Comité Esperanza de Madre le tendió la mano.
Al igual que centenares de madres en Venezuela, Carmen ruega por una respuesta sobre el paradero de su hija. Son casi cuatro años sin una señal y no ha tenido el apoyo que espera de ninguna de las autoridades de los países relacionados.