La escalofriante narración de una estudiante de Comunicación Social en URBE de Maracaibo que fue violada

La narración nos llegó cortesía de la periodista deportiva, Mari Montes, y es bueno estar pendientes con los depredadores sexuales, principalmente con los que ostentan cargos y los hacen valer para su satisfacción sádica.

Publicado por: Noticias al día y a la hora

Acá comienza todo narrado por Melissa Pineda, la victima:

Quiero y necesito contar mi historia de abuso sexual. Sí, 8 años después, porque sentía miedo, vergüenza y porque NO está bien que estas escorias sigan con sus vidas como si absolutamente nada pasara. Abro hilo.

En el 2013 tenía 19 años y estaba cursando la carrera de Comunicación Social en URBE (Maracaibo). En ese momento estaba viendo una materia en la noche, Laboratorio Fotográfico, con el «profesor» Juan Guerrero Briceño.

Al comienzo todo normal, pero sí me llegaban rumores de que en el cuarto oscuro, cuando solo estaban las luces rojas o incluso, había veces que las rojas también debían apagarse, el tipo tocaba “por accidente” las partes íntimas de las estudiantes.

Un día, tocaba hacer una entrega de unas fotos. Cuando llegué para entregar mi trabajo, no había nadie más en el salón porque podías entregar a cualquier hora; Juan Guerrero me recibió, lo revisó y me puso una nota.

Para ponerlos en contexto, el cuarto oscuro tenía un sistema hermético para evitar el paso de luz, era un sistema de dos puertas, con un espacio entre ellas de mas o menos 2 metros x 2 metros (Esto lo saque de la misma página de URBE)

Cuando iba a salir y estoy por abrir la primera puerta, noto que viene detrás de mí, imaginé que iba a salir también. Para poder salir o entrar, debes entrar en ese espacio entre las dos puertas y cerrar la que está detrás de ti y ya luego puedes abrir la puerta de afuera.

Al abrir la primera puerta, efectivamente él entra conmigo a ese espacio, él mismo cierra la puerta detrás de nosotros, cuando voy a abrir la segunda puerta para ya salir al pasillo, la empuja con su mano izquierda, para evitar que la abra.

En ese momento entendí perfectamente lo que iba a pasar. Me voltea y me pone contra la segunda puerta que no pude abrir, empujaba mi cuerpo contra la puerta para evitar que la abriera de cualquier forma. Tenía mucha fuerza.

Con una mano me tapa la boca, intenté gritar pero no se escuchaba nada de lo fuerte que me sostenía la boca. Comienza a tocarme, me toca los senos, me toca el cuello, me toca las caderas y mis partes íntimas, bruscamente.

Me quita la mano de la boca y de inmediato me comienza a besar, agarrándome el cuello, muy fuerte. Entré como en shock por unos 2 minutos, que parecieron horas. Mientras lo hacía me tocaba abajo, pero no pudo meter la mano, así que solo lo hacía por fuera.

No sé cómo, pero luego recuerdo que agarré todas las fuerzas que tenía y empuje mi cuerpo hacia él, quitándolo de encima de mí, lo cierto es que eso logró que me soltara. De inmediato abrí la segunda puerta y salí al pasillo.

Justo en frente estaban los baños, corrí y me encerré en uno, estuve unos 40min allí, vomité tantas veces y lloré tanto, que estuve a punto de desmayarme. Salí al frente de la universidad, me fumé media caja de cigarros, llorando, mientras le contaba a una amiga por teléfono.

Necesitaba sacarlo esa noche, pero no quería que nadie supiera, nadie, ni mi familia. Pero en esa época estaba saliendo con una chica, quien al otro día me preguntaba qué me pasaba, y no tuve más remedio que contarle en lágrimas lo que me había pasado.

Al escucharme, se fue demasiado molesta a hablar con el decano de la Facultad de Humanidades y Educación. El decano del momento era Dr. Mike González Bermúdez, quien en estos momentos es el VICERRECTOR de esa misma universidad.

Obviamente fui tras ella, porque hasta ese punto no quería que dijera nada. Cuando entramos a decanato, nos sientan y ella comienza a contar lo que pasa. El decano solo escuchó y lo primero que dice es: “es extraño porque nunca nos han llegado quejas de Juan Guerrero”

Como si es imposible que existan más víctimas que por miedo callaron. El decano Mike González me pide que describa con exactitud lo que ocurrió, en una hoja y nos pide que: “no le cuenten a sus papás nada para evitar cualquier situación”

La chica con la que salía llamó a mis padres. Me sentí horrible y muy avergonzada al contarles. Me abrazaron, lloraron conmigo y de una fuimos a la universidad. El decano nunca se imaginó que mi papá se aparecería por allí.

Comenzaron a discutir muy fuerte, mi papá le decía que debía botarlo YA y el muy HIJO DE PUT* nos dice: “es que no podemos botarlo, estamos a mitad de trimestre. Esperemos al menos que termine”. La actitud de Mike González ante la situación era apoyar y proteger a Juan Guerrero.

Mi papá se molestó muchísimo y salimos de esa oficina sin ningún tipo de solución. En frente de su oficina estaba su secretaria y mi papá le pidió hablar con una autoridad que sea mujer y ella nos recomendó conversar con la Directora de la Escuela de Comunicación Social.

Le contamos todo, mi papá me ayudo mucho porque repetir la historia en ese momento, me daba muchísima vergüenza. La Directora se portó increíble, lloró con nosotros y me hizo sentir apoyada.

Me cambió de sección para no seguir viendo clases con él y aunque me dijo que la decisión de botarlo no estaba completamente en sus manos, al final terminó lográndolo y Juan Guerrero fue despedido de URBE.

Al leer las historias de otras víctimas, me dieron fuerzas para contar la mía. Me puse a buscarlo en redes sociales y al verlo después de tanto tiempo, se me revolvió el estómago, me dio asco, estaba temblando, recordé su olor asqueroso.

Me indignó que luego de eso siguió su vida normal, como si nada hubiese pasado y quién sabe de cuántas más habrá abusado… No está bien. No te mereces absolutamente nada bueno Juan. No te perdono ni te perdonaré nunca. Púdrete y te deseo mucho mal en tu vida.

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