Veinte días en poder de los secuestradores pasaron el empresario colombiano Germán Plata Rivero y su conductor José Guillermo Santafé Romero.
Ambos fueron sometidos en Ureña, estado Táchira, cuando se desplazaban en una camioneta, que luego fue hallada en el sector La Mulera.
En el automotor del fabricante de gandolas iba también la secretaria Norma Loaiza Mujica. Ella sigue en cautiverio.
A los hombres los rescataron fuerzas de seguridad de Venezuela el pasado 27 de junio.
El procedimiento no acabó con la pesadilla del secuestro de Norma Loaiza Mojica, colombo-venezolana.
Por declaraciones policiales y de los dos hombres se sabe que la tarde del viernes del 7 de junio las tres personas fueron interceptadas por seis hombres, fuertemente armados, quienes procedieron a bajarlos del automor y a conducirlos a un paraje desolado, en las montañas del Táchira.
En el diario El Tiempo de Bogotá señalan: Aunque este comerciante, de 64 años, recuperó su libertad el pasado 27 de junio, en medio de un operativo desarrollado por las autoridades venezolanas, él decidió apersonarse de la búsqueda de esta mujer, de 40 años, que ha trabajado por más de dos décadas en su negocio».
“Lo que viví fue muy duro, usted ni nadie se lo alcanzan a imaginar. Pero por fortuna, ya estoy acá con mi familia. Ahorita, me preocupa es el paradero de Norman. Aún no sé nada de ella y se debe actuar rápido, porque quién sabe que de pronto sea demasiado tarde para encontrarla”, indicó el empresario al citado medio.
Durante su cautiverio, contó que se rehusó a comer y perdió casi 20 kilos en menos de un mes. Sus ojos permanecían vendados y sus manos estaban amarradas a unas esposas, mientras era objeto de intimidaciones por parte de sus secuestradores, que según él, tenían acento colombiano.
«Con el tiempo, él empezó a ingerir alimentos, porque era obligado por los delincuentes, quienes lo amenazaban con arrebatarle el balde donde hacía sus necesidades fisiológicas si no cedía a sus exigencias. A pesar de la precaria alimentación, su cuerpo se empezó a deteriorar y se agravaron algunos males que él padecía, como la hipertensión y una dolencia en la columna», reseña el portal informativo.
De hecho, la mayor preocupación del empresario es la salud de su empleada, quien sufre de diabetes e hipertensión.
“Cuando nos internaron en las montañas, me separan de mi conductor y mi trabajadora. De ahí me llevaron a un lugar apartado, donde nunca más supe de ellos, cuando me reuní con el conductor. Y él me contó, que Norma estaba muy mala, que se le estaba adormeciendo la cara y que padecía de fuertes diarreas”, contó el rescatado.
Tras su rescate, Plata Rivero y su empleado fueron conducidos a un destacamento de la Guardia Nacional Bolivariana en San Cristóbal, donde aprovecharon para reunirse con sus familiares y decidir el traslado hacia Colombia.
No obstante, desde Cúcuta el empresario se prepara para regresar a Venezuela en los próximos días y ejercer presión para que identifiquen a los secuestradores y conseguir el retorno de su empleada sana y salva al seno a su hogar.
“Ella puede estar pasando un mal momento y no sabemos hasta cuándo se prolongue su sufrimiento. Si yo bajé de peso y estuve desesperado, no me imagino el drama de ella en estos momentos”, puntualizó al diario El Tiempo.