“El diablo me dijo que lo hiciera”. Esas fueron las palabras de Anthony Padilla de 23 años a los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística (Cicpc) tras confesar que había asesinado a su dos hermanitos y madres.
El atroz crimen fue descubierto luego de que el pasado 6 de julio a las 2:00 de la tarde fuera hallado el cadáver de un niño de 10 años en el sector Negro Primero de Caucagüita, en el estado Miranda, degollado, en avanzado estado de descomposición y con las vísceras afueras.
Según reseñó el periodista Román Camacho, el crimen ocurrió en el apartamento donde vivían en la comunidad Manuel González Carvajal, Caucagüita, luego de que Anthony discutiera con su madre por el apartamento, ya que su novia está embarazada y necesitaba un lugar donde vivir.
Asimismo, señaló a través de su cuenta en Twitter que el joven rendía culto a satanás y se “autoflagelaba con los retos de ‘La Ballena Azul’”, una especie de “juego” en las redes de retos. Alrededor del mundo, esta especie de “diversión” ha causado un gran número de suicidio entre adolescentes y crímenes atroces como este.
EC
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