En Venezuela, sacar una tortuga del mar con fines de consumo se considera pesca ilegal. Tomarla desde las costas es tipificado como caza furtiva. En ambos casos está prohibido y castigado, según la Ley Penal de Ambiente. Aun cuando es una información ampliamente difundida y conocida, persisten en el país diversos grupos vandálicos dedicados a la captura ilegal de esta especie protegida y bajo amenaza de extinción, reseña El Sol de Margarita.
Para el año 2013, según las estadísticas del Grupo de Trabajo con Tortugas Marinas del estado Nueva Esparta (GTM-NE), solo en la región insular venezolana se promediaban más de 17.000 especies capturadas y comerciadas ilegalmente en 17 puertos pesqueros de la isla de Margarita. En algunos períodos, sin embargo, se alcanzaron topes de 23.000 unidades capturadas por año.
Se estima que estos índices podrían verse elevados considerablemente, dada la crisis económica y alimentaria registrada durante los últimos años en el país, ya que por tradición insular, la ingesta de los recursos naturales (peces y tortugas) es mayor durante los períodos festivos y en los momentos de crisis económica.
Partiendo de esta premisa, los científicos del GTM-NE, la Fundación Avista, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y otras instituciones financiadoras, han iniciado una investigación para determinar a cuánto ascienden hoy en día los indicadores de pesca ilegal y caza furtiva de tortugas marinas en las zonas costeras de Margarita, Los Roques y la zona central del país.