El 12 de febrero de 1999 el merideño José Doráncel Vargas Gómez saltó a la palestra pública por ser el primer comegente en la historia del país.
En su historial destacaba el asesinato, descuartizamiento y posterior ingesta de 10 hombres entre 1997 y 1999.
Tras 17 años detenido volvió a ser noticia por presuntamente haber participado en la desaparición de dos reclusos en Politáchira, hechos que negó.
El hombre que está recluido en el Cuartel de Prisiones de la Policía del estado Táchira, recinto penitenciario ubicado en San Cristóbal, mantiene su barba y su aspecto delgado. Las preguntas realizadas por periodistas de Analítica y La Nación generaron risa y contradicciones, afirmando que desea recobrar su libertad para trabajar en “lo que sea”.
Los médicos lo diagnosticaron con esquizofrenia paranoide. Su estatus legal es incierto, nunca fue sentenciado y al no contar con una infraestructura psiquiátrica carcelaria, fue resignado a permanecer en Politáchira para garantizar su integridad y la de los venezolanos.
Un motín que se prolongó por 30 días dejó un saldo de dos presos asesinados, cuyos cadáveres nunca aparecieron porque fueron comidos por parte de los internos en conflicto. El hecho fácilmente debía ser vinculado a Vargas. Quienes visitan por algún motivo la sede policial siempre han notado la presencia de Doráncel, diariamente puede ser visto ayudando a servir café o barriendo. Los 17 años de presidio lo hacen ver como un residente y no un preso común.
Foto: Analítica
A continuación algunas de las preguntas realizadas por las periodistas de ambos medios de comunicación social:
-Hay gente que dice que usted es malo
-Yo no me considero malo.
-¿Sabe qué es el canibaslimo?
-No sé qué es eso.
-¿Sabe que es famoso?
Sí.
-¿Por qué?
-Que como gente, que tal.
-¿Le gusta que le digan comegente?
-No me gusta que me digan comegente, ni que me llamen caníbal.
-¿Ha comido gente?
-Sí, he comido. (…) Como a 10 hombres.
-Si pudiera salir de la cárcel, ¿qué haría?
-Me iría a Táriba a ver si me consigo un trabajo.
-¿Por qué está aquí en Politáchira?
– Ah, porque a uno lo agarran y lo encierran. Me reclutaron. Ya tengo ganas de irme.
-¿Qué le dice a quienes lo acusan de comer gente?
-¿Qué le voy a decir? Nada. Que me dejen en paz.
Foto: La Nación
-¿Lo tratan bien en la policía?
-Me tratan bien en la policía. (…) Lo único que yo siempre había estado solo y ahora estoy acompañado. Me gusta estar solo porque el peligro es con la gente. (…) Estoy con 75 personas.
—Hace algunas semanas ocurrieron aquí en la sede de Politáchira hechos violentos que causaron conmoción en el país. ¿Usted los recuerda?
—Los muertos. Hubo cuchillos. Me quedé tranquilo, qué más va a hacer uno.
—¿Y qué hizo usted mientras otros presos se peleaban?
—¿Cuándo se estaban matando? Me quedé tranquilo.
—¿Y usted estuvo en la celda donde dice que había cuchillos y se estaban matando?
—No, yo estaba encerrado. Complementa su respuesta al explicar que al él lo trasladaron a otra celda, donde había mucha gente, entre ellos exfuncionarios policiales detenidos por cometer delitos. La palabra motín no está en su jerga.
-¿Qué es la felicidad?
-Que no tenga problemas con nadie.
-¿Qué le pediría al Niño Jesús?
-Le pediría comida: Fideos con carne.
-¿Ha tenido novia o esposa?
-Sí he tenido novias, mujeres.
-¿Cree en Dios? ¿Le reza a alguien?
-Sí. Le rezo a Jesucristo, a la virgen María, a Dios.
-¿Qué tipo de música le gusta?
-Merengue.
por Analítica y La Nación en noticiasaldiayalahora.co