La señora Andry Guillén —madre de Naryeli Cacharuco (15), quien falleció el 11 de enero en el centro de culto a María Lionza en Caraballeda, estado La Guaira— confesó que una vecina amiga de su hija le indujo algo malo por “envidia”.
La progenitora de la hoy occisa duda de Stephany Karolyne Rodríguez Jiménez (19) y refutó que las autoridades la hayan liberado, “Cómo es posible que a quien nosotros señalamos de haber originado esto, confesó ante el Cicpc que enterró prendas de mi hija en el cementerio de La Guaira”.
Guillén dijo que el sábado 11 “fuimos al centro espiritista, allí me confirmaron que había un daño demasiado fuerte. Y es verdad, el paro respiratorio le dio allí, pero no le vino por neumonía como dijeron, ni por alguna condición de salud”.
A la quinceañera no le diagnosticaron nada malo en los dos hospitales a donde la llevó Guillen, relató la señora, quien ahora denuncia que la justicia “le dio la espalda”.
Cabe resaltar, que según la investigación hecha por los organismos de seguridad, el caso no procede ya que se trata de un tema religioso y no hay argumentos legales, para encarcelar a la presunta culpable del daño.
La mujer consternada confesó sobre la presunta victimaria, que “esa muchacha venía de Charallave y vivió como un mes alquilada a unas cinco casas más abajo. No tengo ni idea por qué le hizo esto a Naryeli, no sé si fue por envidia”,
Al parecer Rodríguez Jiménez le había dado un brazalete de santería (ilde) a la hoy occisa. Su madre lo tiré a la calle “y desde allí para acá Stephany no puso un pie en mi casa, sino tres horas después de que la niña fallece”, aseveró.