Los homicidios se incrementaron un 13 por ciento el primer semestre de 2015, en comparación con el mismo periodo el año pasado. De enero a junio hubo 621 víctimas. Almirante Padilla es el municipio más seguro de la región. No se reportaron crímenes en su territorio
Los sicarios se ríen de los planes de seguridad, el patrullaje inteligente y los cuadrantes. En seis meses, sin piedad, acabaron con 621 ciudadanos, sin contabilizar los caídos por resistencia a la autoridad. El promedio de homicidios en los 21 municipios se incrementó un 13 por ciento en comparación con el primer semestre de 2014, cuando se reportaron 548 víctimas. La impunidad se mantiene como un factor clave para exacerbar la crueldad de los homicidas.
Maracaibo lidera como la más peligrosa con 224 casos, mientras que Almirante Padilla es la más segura, de enero a junio no hubo homicidios en sus sectores. La Policía explicó que los criminales emigraron a las zonas foráneas, de esa manera justificó el incremento de asesinatos en La Cañada de Urdaneta, Santa Rita, Lagunillas, Machiques y Rosario de Perijá, municipios en donde hace dos años no existía este crimen.
Las venganzas, los ajustes de cuentas y las guerras entre bandas concentran el 54 por ciento de los casos. Le sigue el robo con el 18 por ciento.
Los hombres con edades entre 17 y 35 son los más vulnerables. Sus homicidas no hicieron distinción entre creencias, posición social ni ocupación, simplemente los atacaron hasta acabar con sus vidas. Entre las víctimas se registran ingenieros, médicos, amas de casas, barberos y hasta delincuentes de poca monta y jíbaros.
En un intento por defenderse, las comunidades se organizaron y arremetieron contra sus agresores. En los últimos seis meses asesinaron a golpes a ocho azotes y a un violador. Se quejan del poco patrullaje, la lentitud con que responden los oficiales a los llamados de emergencia y la tardanza para detener a los responsables de los delitos.
Jéssika Ferrer Palma/La Verdad