Este es el testimonio de uno de los sobrevivientes a la tragedia ocurrida la madrugada del sábado 6 de junio en el Club Social Ecuatoriano – Venezolano de El ParaísoTodo fue una catástrofe, vi a mis tres amigos morir asfixiados. Estoy vivo de cuerpo, pero muerto de alma porque todo lo que viví nunca lo voy a superar”.
Un joven que asistió a la fiesta donde murieron al menos 18 jóvenes y que prefirió mantener su identidad en el anonimato, contó a Caraota Digital todo lo que vivió esa noche. Aseguró que la falta de seguridad y las fallas en la organización del evento fue una de las causas del siniestro.
Contó que en la entrada del local nunca hubo presencia de personal de seguridad, que llevara control de lo que ingresaba a la fiesta que llevaba por nombre “The Legacy”.
Sin embargo, ese aspecto no fue el único detonante del fatídico cóctel que terminó con la muerte de varios asistentes. “Antes de la medianoche ya se percibía cierta tensión en el ambiente. Había personas que tenían problemas entre sí, tanto por dinero como por asuntos pasionales”, relató, al tiempo que agregó que pese a ese inconveniente, los asistentes trataron de disfrutar del evento que contó con DJs y hasta stripers.
A la una de la madrugada aproximadamente se registró el primer inconveniente, cuando dos grupos de jóvenes fueron al baño del local a discutir por un problema que todavía no ha sido precisado por las autoridades. Entre ellos se encontraba uno de los organizadores del evento, que además, era menor de edad, explicó el testigo durante la entrevista.
Además reveló que en medio de la riña el organizador antes mencionado habría sacado un facsímil o pistola de juguete para amenazar a otro adolescente. “En ese momento comenzó una pelea donde se lanzaron varias botellas de licor”, enfatizó.
Según otros asistentes que apelaron a las redes sociales para narrar el hecho, el adolescente tras ser amenazado en el baño buscó una bomba lacrimógena que posteriormente lanzó en el salón de fiestas. Las versiones del hecho aseguraron que fueron tres las bombas detonadas, pero fuentes policiales indicaron que fue una sola.
La misma fuente policial también explicó que luego de lanzar el explosivo el adolescente salió del local y cerró una primera puerta, ubicada en el pasillo principal que representaba la única vía de escape para los jóvenes que estaban dentro del establecimiento. Hay un segundo acceso que comunicaba con la calle y que funge como entrada principal del club, pero que a esa hora ya estaba cerrado, lo que impidió que el joven que lanzó la bomba pudiera escapar.
En medio del caos y la propagación del humo, los jóvenes dieron con la puerta de metal que intentaron abrir por más de 20 minutos, hasta que luego de varios golpes y empujones la cerradura cedió. En ese transcurso de tiempo, muchos de los que intentaban huir murieron por inhalar el gas lacrimógeno.
“Fue un momento de angustia, todos intentábamos salir pero no podíamos, vi a mis tres amigos morir asfixiados, uno de ellos sufría de asma y no pudo salvarse del gas”, contó el testigo a Caraota Digital.
La desesperación por abandonar el local ocasionó que muchos se cayeran al tropezar entre los escalones que daban a la salida y esto trajo consigo que otro grupo muriera pisoteado durante la estampida.
Cuando los sobrevivientes llegaron hasta la entrada principal tuvieron que esperar al encargado del club que tenía una llave.
Escapados a su suerte
Muchos de los jóvenes fueron a la fiesta escapados de sus padres, por lo que al salir del club huyeron. Entre esos se encontraba el adolescente que lanzó la bomba al igual que otros presuntos implicados, que horas más tarde fueron capturados.
A pocos metros del lugar existe una comandancia de la Guardia Nacional, cuando los funcionarios se percataron de la situación fueron a ver que pasaba. Los castrenses se encargaron de trasladar a algunos heridos al Hospital Miguel Pérez Carrero, a la Clínica Popular de El Paraíso, la Clínica Amay y el Algodonal de Antímano.
Sin respuesta
En ningún momento de la madrugada se notificó a los Bomberos sobre lo ocurrido, pues según fuentes policiales, varias víctimas llamaron al 911 pero nadie contestó. “Si los bomberos hubieran atendido la emergencia el número de muertos sería menor”, indicó la fuente.
Durante el procedimiento de extracción de los heridos, testimonios de más testigos y sobrevivientes aseguraron que los guardias agredieron a varios de los presentes. Por eso se presume que quizás los funcionarios estaban implicados en el hecho.
Las investigaciones de la tragedia son desarrolladas por el Eje Central Contrahomicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
Los detenidos quedaron identificados como Mirian Elena Guzmán Cargua (42), encargada del local, Manolo Celestin Jean Canela (41), supervisor de seguridad, Gilberto Alejandro Petit Quintero (19), participe del hecho, Cristian Miguel Guevara Rodríguez (19), participe de la riña, Santiago Elías Omaña Mendoza (18), participe de la riña, y tres menores de edad que también están implicados.
La cifra de víctimas fatales se elevó a 18 la tarde de este domingo, con la muerte de la adolescente Adriana Franquiz (14), quien permanecía recluído en el hospital Pérez Carreño. En resto de los fallecidos fueron identificados como Adrianny Andreina Paz Paz (16), Giovanina victoria Gómez Suárez (14), Félix Eduardo Contreras Rosario (19), Lourdes Caterina Palacios (21), Lislie Alexandra Peñuela Coronado, Alejandro José Durán Escobar, Angie Gianela Castro Castellano, Marcos Javier Altuve Valenzuela, Keismel Nazareth Tovar Ramírez, Yenifer Esther barcenas Marquez, Adrian Alejandro blanco Morales, Cristobal Ramon Altuve Valenzuela, Keiber Eloy Berrios Corona, Jorge Alexander Castro Hernández, Luis Ronnie guerra Alfonso, Yois Yanine Betancourt Castro y otro joven que hasta el momento no ha sido identificado.
Las autopsias revelaron que las causas de muerte de los jóvenes fueron por asfixia mecánica por sofocación por inhalación de gas tóxico a determinar, edema cerebral y cierre de la glotis. De igual manera, todos presentaban hemorragia digestiva y gastritis erosiva activa, reseña Caraota Digital