Erlymar Romero recibió una llamada recibió una llamada el 24 de enero de 2022 en la que decían que su hija de 12 años, Sofía, se suicidó lanzándose desde un piso 7 del edificio. Desde entonces, su vida se convirtió en una pesadilla interminable y los hechos que vendrían los días siguientes develarían que su exesposo Carlos Gabriel Herrera Milazzo golpeó, violó y asesinó a Sofía lanzándola por la ventana de su apartamento. Su madre, Lorena Milazzo Isturiz, le ayudó a encubrir el crimen. «Pero de la sentencia divina nadie se salva», confía. El principal imputado sigue en los calabozos de la PNB y «no en El Rodeo II» como corresponde, denuncia la madre de la niña.
La noche del pasado martes, Erlymar ofreció detalles a los seguidores de la página de Instagram que fue creada por su familia para pedir justicia para Sofía. De entrada, agradeció a todos los que le han apoyado en este largo y amargo camino.
«Para mí no es nada fácil. Ha sido demasiado difícil y ha sido muy importante el apoyo que todos me han brindado. Gracias a mis amigos, familia, personas que no conozco que han tenido una palabra de aliento, un gesto, y a todos los que hoy participaron en el parcantazo virtual para pedir justicia por Sofía», expresó. «A todos los que nos han ayudado con sus oraciones, los que me han acompañado a tribunales, a Fiscalía. Eso se agradece».
Al recordar lo que pasó aquel día, Erlymar dijo que fue para ella un golpe muy duro, todo a partir de esa llamada que cambió su vida para siempre.
«Me dicen que mi hija se suicidó, y eso me destrozó por completo. Desde entonces ha sido vivir una eterna pesadilla, todos estos meses. Cuando eso pasó yo tenía 6 meses y 20 días fuera del país. Esa misma semana, el 28 de enero, estaría listo el pasaporte de Sofía. Y en febrero, Sofía, junto a mi hijo menor y quien era mi esposo para entonces se irían conmigo. Nos reencontraríamos fuera de Venezuela», precisó.
A pocas horas de recibir la terrible noticia, Erlymar volvió a Venezuela y destacó que para ese momento, ella creía la versión del suicidio. Y agradeció que gracias a la Fiscalía 21 de Guarenas y efectivos de la PNB, la verdad salió a la luz.
«La verdad es que quien era mi esposo, y padre de mi hijo, golpeó, ultrajó, abusó y lanzó -mientras estaba desmayada- del séptimo piso a Sofía. Cuando yo llegué el 25 de enero, todo lo había tapado en complicidad con su madre».
Tras ser descubiertos, ambos fueron detenidos y empezó el proceso judicial que todavía no ha terminado.
«Desde entonces no he descansado ni lo haré», aseguró. «Pese a las adversidades porque entre agosto y noviembre, el juicio estuvo paralizado. No comenzaba. La audiencia de apertura fue diferida siete veces y el juez no hacía nada, siempre había una excusa vaga y sin sustento».
Explicó que gracias a que se reunió con la inspectora general de tribunales, Gladys Requena, todo tomó su curso.
«Es una mujer excepcional que me ayudó a que arrancara el juicio que empezó el 23 de noviembre. Además, el jefe de circuito ha estado muy pendiente de todo lo que ocurre durante el juicio, e incluso pide una minuta de cada una de las audiencias que se llevan a cabo en el Tribunal 1 de Guarenas extensión Barlovento. Lo lleva el juez Luis Jiménez Lookyan», señaló.
Por órdenes superiores, acotó, las audiencias se vienen haciendo cada tres días porque es un caso «emblemático». Además, aseveró que existen todas las pruebas para que los imputados sean condenados por el atroz crimen. «No puedo hablar mucho sobre las pruebas porque eso perjudica el caso, pero puedo decirles con toda seguridad que las pruebas reposan en el tribunal y solo falta que termine la parte de los testigos, para darle paso a los expertos que hablarán de las resultas».
Asimismo, Erlymar manifestó preocupación porque la defensa de los acusados ha cometido «faltas de respeto, ya que son hostiles, son ofensivos y agresivos. Han pasado varias cosas…hay familiares por parte de ellos que entran cuando no le corresponde. Esto no es una película, un cine, o una obra de teatro. Es el asesinato de una niña inocente», fustigó.
«Desde hace un año he sido víctima de burlas, amenazas, tortura psicológica. Y nada va a compensar el dolor de la perdida de mi Sofí. Nada lo va a compensar y lo vivo día a día, pero aquí estoy, sigo de pie tratando de que no quede nada por fuera y que todo salga a la luz pública y espero que cuando dicten sentencia, podamos decirle la verdad de todo lo que ha sucedido».
La afligida madre reiteró que ninguno de los dos acusados ha sido trasladado a donde les corresponde: Rodeo II y el Instituto Nacional de Orientación Femenina. «Siguen en los calabozos de la Policía Nacional Bolivariana. Carlos Herrera en San Agustín y Lorena Milazzo en El Valle».
Sobre este punto, rechazó que la hermana de Carlos Milazzo, quien sería otra pieza clave en el caso porque compartía habitación con Sofía, no haya sido acusada por el tribunal como cómplice. Pese a que regresó a Venezuela hace unas semanas, tras estar casi un año en Argentina.
«Están recibiendo visita de una de las sospechosas, la hermana menor de Carlos, que cuatro días antes de la muerte de Sofía fue sacada del país. Ella llegó a Venezuela, pasó por las trochas y sabemos que ha ido a visitarlos con otra cédula. Me pregunto ¿Por qué el juez no la llama a declarar si era la tía que compartía habitación con Sofía? Espero que el juez la llame así como ha visitado a su mamá y a su hermano».
Antes de finalizar, dejó claro que no dejará de luchar y de pedir justicia.
«No me voy a dejar amedrentar por lo que digan, por sus amenazas. Voy a seguir luchando. Vamos a seguir de pie. Vamos a seguir insistiendo en que esto se resuelva y que se diga la verdad de todo lo que sucedió porque ella merece justicia. Es un año y ellos siguen gozando de privilegios mientras mi hija está muerta. Créanme que de la justicia divina nadie se salva».
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