Funcionarios de la Policía Fiscal y Aduanera y de la Policía Metropolitana de Cúcuta, desmantelaron un centro de sacrificio de bovinos venezolanos en el corregimiento de San Faustino, a poco más de dos kilómetros en línea recta de la localidad venezolana de El Piñal.
Eleonora Delgado / El Nacional
De acuerdo con la información suministrada por autoridades colombianas, en una corral dispuesto en el matadero, localizaron ocho bovinos en pie con hierros similares a los utilizados en Venezuela, así como más de 80 kilos de carne despostada, 40 kilos de piel de bovino, y más de 10 kilos de vísceras. El valor del hallazgo se estima en 39,4 millones de pesos, es decir, unos 52,6 millones de bolívares.
El pasado jueves, ganaderos de Colombia y Venezuela se reunieron en Cúcuta para analizar el contrabando de ganado en pie y despostado. De acuerdo con la exposición hecha por la Federación de Ganaderos del Colombia, la actividad ilícita representa la segunda operación de contrabando en el departamento Norte de Santander con movimiento de dinero que alcanza los 300 millardos de pesos al año.
Voceros de la Federación de Ganaderos de Venezuela que asistieron a la reunión, señalaron que en 2016, fueron objeto de contrabando 105.000 bovinos. Carlos Albornoz, presidente del gremio productor venezolano advirtió que estos animales no están libres de aftosa.
Martín Martínez, secretario de Hacienda del departamento Norte de Santander, señaló que parte de la guerrilla del Ejército de Liberación nacional, bandas criminales y otros actores armados, conforman una mafia que opera de lado y lado de Colombia y Venezuela para participar del ilícito, según informes de inteligencia del vecino país.
En Colombia, el kilo de carne pude pagarse tres veces más que lo cuesta en Venezuela.
El pasado 12 de febrero, las autoridades colombianas detuvieron a un hombre de 26 años de edad de nacionalidad venezolana que transportaba en una motocicleta 200 kilos de carne despostada. El hecho ocurrió en el corregimiento de San Faustino. El hombre fue sometido a proceso judicial mientras que la carne, que era movilizada sin las mínimas normas sanitarias, fue puesta a órdenes de los organismos de salud de Colombia.