Treinta y tres años después de la tragedia de El Limón, en el estado Aragua, sobrevivientes relataron a El Cooperante cómo vivieron el desastre natural que segó la vida de por lo menos 200 personas y dejó más de 300 desaparecidos que durante días permanecieron entre los escombros.
Ana Rodríguez trabajaba en el Hospital Militar aquel 6 de septiembre de 1987. Relató que la tragedia de El Limón separó a su familia para siempre: su hermana de 19 años murió a causa de la crecida del río, mientras que otra estuvo un día desaparecida.
«El cuerpo de mi hermana más pequeña apareció entre los escombros de una casa. La tragedia pudo evitarse, porque en varias oportunidades el río crecía y las autoridades no reaccionaban. Hubo gente que antes de la tragedia se le caía la casa y la volvían a construir, hasta que llegó el 6 de septiembre y El Limón se llevó todo a su paso»Ana Rodríguez, sobreviviente de la tragedia de El Limón
«Yo tenía un contacto en el Hospital Militar; gracias a eso pudimos subirnos a un helicóptero y empecé a buscar a mis hermanas. La más pequeña murió… Pero la otra apareció entre los escombros, con escoriaciones. Estuvo hospitalizada porque tragó mucha agua con barro», lamentó Rodríguez.
La tragedia de El Limón le dejó una lección muy clara: «Cuando el río crece, no hay que acercársele».
«Es sumamente peligroso estar cerca de las crecidas de los ríos. Cuando llueve no podemos correr ese riesgo», señala.
«Casi muero el día de la tragedia de El Limón, soy un afortunado»
Cristóbal Manduca, un destacado surfista, aseguró que el día de la tragedia de El Limón se desplazaba desde las vías que dan paso hacia Cuyagua, cuando fue sorprendido por las torrenciales lluvias que hicieron crecer el río.
«En ese momento nos dimos cuenta de lo pequeños que somos… Es difícil recordar por todo el dolor. El sonido de los árboles, el suelo parecía que iba a romperse a la mitad. Vi gente morir, desaparecer entre las aguas»Cristóbal Manduca, sobreviviente de la tragedia de El Limón
Manduca dice que incluso tuvo que caminar por encima de los carros para evitar ser víctima de la corriente que hizo desaparecer a más de 300 venezolanos. «En un momento un árbol se cayó sobre el carro en el que estaba parado, casi muero ese día».
«Ese día yo lo celebro como un nuevo cumpleaños. Por suerte conocía la carretera y pude escapar, pero vi a personas que el cerro se les vino encima, quedando totalmente sepultadas bajo la tierra», lamentó Manduca.
«No estábamos conscientes de la magnitud del suceso, hasta que vimos el río. Horas después ese lugar parecía un cañón. Cuando logramos escapar del cauce, los paramédicos pudieron atendernos. Estábamos incomunicados, golpeados y prácticamente en shock», detalló.
«Vimos a personas desmembradas»
Ana Cristina Miranda vio la muerte en las calles aledañas del río El Limón; contó a esta sala de redacción que en el momento de los hechos retornaba a su casa cuando fue sorprendida por una fila de vehículos, sin conductores. Las personas le decían que había un deslizamiento en la cumbre de la montaña; sin embargo, nunca imaginó qué tan reales eran las declaraciones que escuchó aquel día en la radio: se había desbordado el río y había cientos de muertos y desaparecidos.
«A través de un amigo vimos por televisión lo que había ocurrido. Se veían deslizamientos, personas desmembradas. Los carros parecían de juguete, el agua los movía. El negocio de mi padre quedó destrozado, porque quedaba en ese lugar», detalló.
Miranda recuerda con dolor que para resguardarse, tuvo que ir a una playa cercana. Pero se llevó una angustiante sorpresa cuando la fragata que la trasladaría a un «lugar seguro», ya había zarpado. Irse en helicóptero era imposible, ya que solo iban niños y ancianos.
«Tuvimos que quedarnos en la playa tres días, hasta que finalmente nos regresamos en un peñero hasta Puerto Cabello. Las personas vomitaban, la barca era inestable.. ¡Estábamos en pleno mar abierto! Lo recuerdo como algo sumamente tenebroso»Ana Cristina Miranda, sobreviviente de la tragedia de El Limón
Para Ana Cristina Miranda ese fatídico 6 de septiembre tomó por sorpresa a los venezolanos. Las playas de Aragua estaban desbordadas, ya que las clases no habían comenzado aún y muchas familias estaban de vacaciones.
«Yo iba con frecuencia a la playa. Ese fin de semana miles de familias estaban compartiendo y se quedaron atrapadas entre el barro, las piedras y el agua. Se los llevaron por delante. Ya pasaron 33 años y esos recuerdos jamás se me van a olvidar», recalca.
La tragedia de El Limón fue un desastre natural que ocurrió el 6 de septiembre de 1987, luego de que intensas lluvias de hasta 180 milímetros produjeran el desbordamiento del río El Limón y seguidamente el deslave de los cerros del Parque Nacional Henri Pittier, en el estado Aragua.
Expertos señalan que los 180 milímetros de agua equivalían a dos meses de intensas lluvias. El saldo fue de 300 heridos y 200 fallecidos. Además, miles de venezolanos perdieron su vivienda, arrastrada por el agua, el barro y los escombros.
Este miércoles los aragüeños revivieron el fatídico episodio, a menor escala, de la tragedia de El Limón luego de que las intensas precipitaciones de los últimos días azotaran la parroquia homónima. El río volvió a desbordarse, provocando el deslizamiento de autos, camiones de cargas y personas.
Las autoridades regionales y nacionales han dicho que el evento fue «controlado».