Desayuno con un toque de balas

Dos motorizados lo balearon por la espalda a José Gregorio Morales. Huyeron en su moto. A la víctima la trasladaron luego de que su esposa lo hallara muerto. Un oficial comentó que los proyectiles eran de plata. Presumen que lo buscaban para vengarse o que el pescador se negaba a pagar vacuna

Ricardo Serrana/La Verdad

A José Gregorio Morales (38), alias «Goyo Pescador», lo asesinaron ayer, a las 10.00 de la mañana, en la calle 21, avenida 9 de la urbanización San Francisco, parroquia y municipio San Francisco. Desayunaba con su esposa en un puesto de venta de frituras. Ella se levantó para comprar unas bebidas y al regresar, se topó con el cadáver ensangrentado de su marido.

Los testigos comentaron que dos desconocidos en una motocicleta llegaron al lugar. Dispararon ocho veces. El parrillero se bajó, caminó unos pasos, se le acercó a la víctima y sin mediar palabras le propinó cinco tiros por la espalda cuando este se comía unas empanadas. Murió en el acto.

Los gatilleros huyeron sin dejar rastros. A José Gregorio lo trasladaron unos vecinos junto a su esposa a una clínica cercana, en su camioneta Chevrolet, Silverado, blanca.

La Policía científica acudió a la escena del crimen para proceder con las experticias. Sobre la carretera había unos ocho casquillos de balas.

La dueña del negocio relató que ella estaba adentro del garaje de su casa cuando vio el asesinato. Apenas escuchó las detonaciones, empujó al suelo a su hija y ella se tiró al suelo para evitar que las balas las impactaran.

Los curiosos se agolparon en el lugar de los hechos con incertidumbre. Uno de ellos expresó su consternación por lo ocurrido debido a que «Goyo Pescador», como lo apodaban, era muy conocido en la zona y un frecuente cliente de ese puesto de comida.

Las balas que usaron los homicidas están confeccionadas en plata. Uno de esos proyectiles impactó en el puesto de servicio de comida, comentó un oficial.

¿Inocente?

José Morales era dueño de una playa ubicada detrás de una empresa cementera de la jurisdicción. Tenía embarcaciones pesqueras y se dedicaba a la comercialización de pescado.

«Él no se metía con nadie y nunca lo amenazaron de muerte», comentó una allegada de la víctima en el área de emergencia del centro asistencial privado.

Un funcionario del cuerpo detectivesco informó que investigan el crimen como una venganza. Se investiga si tenía antecedentes, registro policiales o si había recibido amenazas.

 

Dos víctimas en tres días

El de «Goyo» es el segundo crimen por encargo que se registra en la semana. El pasado 22 de marzo fue acribillado en su taller mecánico, Érick Herrera, a quien unos motorizados le propinaron un tiro en la cabeza e hirieron a su hijo y un trabajador. La Policía científica investiga el crimen como una venganza por un presunto cobro de vacuna.

La familia lloraba y se consolaba, pero no aportó ningún dato. (Fotos: José Nava)