En un operativo en el que participaron más de 100 personas de la Dijin, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, Migración Colombia, agencias internacionales y el acompañamiento de la Procuraduría, se logró la desarticulación de una red de trata de personas y explotación sexual de menores en la ciudad de Cartagena.
El grupo criminal no solo sometía a mujeres y personas con identidad de género diversa, así como a menores de edad, para que ejercieran la prostitución, también vendían estupefacientes y drogaban con escopolamina a clientes extranjeros para hurtarlos.
A las 8:00 pm se inició esta gran operación en la que la Dijin llevaba seis meses de investigación para individualizar a las personas que coordinaban toda la red. En total se identificaron 15 objetivos, entre tratantes, proxenetas, personas que enganchaban a mujeres y niñas a las que explotaban, y a los clientes, en su mayoría extranjeros.
Luego de realizar siete de las principales capturas en diferentes sectores de Cartagena y el Atlántico, un grupo especial de la Dijin, el GOES, la Fiscalía y la Policía Judicial de Migración Colombia llegaron de sorpresa, hacia las 11:00 pm, a dos establecimientos ubicados en el sector El Amparo, donde funcionaba una infraestructura con una fachada comercial, pero que en su interior en realidad era todo un laberinto con más de 50 habitaciones que estaba intercomunicado con las casas del sector, donde permanecían retenidas y en condición de explotación un número indeterminado de menores de edad y mujeres.
Fachadas de clubes nocturnos
Al momento del allanamiento, en los dos lugares que tienen como fachada los clubes nocturnos Chica Linda Night Club y El Cacique Night Club había cerca de 70 hombres que eran clientes, entre ellos tres norteamericanos, un grupo de venezolanos y personas colombianas de diferentes lugares del país.
De acuerdo con la información brindada por la autoridades en una rueda de prensa, ya se logró identificar a ocho víctimas, dos de las cuales eran mujeres trans.
Entre las personas capturadas, que a esta hora siguen en proceso de judicialización, se encuentra una famosa influencer de la ciudad de Cartagena, quien servía de enganche para reclutar víctimas por medio de sus redes sociales.