Cubren a su muerto con ramas de nim

Héctor Luis González Adrianza (29) es el segundo crimen que reportan en Jesús Enrique Lossada en 24 horas. Sus aseinos lo lanzaron desde un vehículo en el barrio La Pringamosa. La Policía investiga el crimen como una venganza. Aunque no tenía ninguna de sus pertenencias. La víctima residía en el barrio Alegre y trabajaba como obrero. Su familia dijo que no tenía enemigos

Andrea Querales

A un lado de la calle se encontraba el cadáver de Héctor Luis González Adrianza (29). Presentaba heridas de arma de fuego y presuntamente yacía entre el matorral desde la noche del domingo. Los vecinos alertaron ayer, a las 7.00 de la mañana, a los policías regionales tras tropezarse con el muerto.

La esposa de González, tías y demás familiares llegaron al poco tiempo, la noticia de un muerto en la calle Sambenitera del barrio La Pringamosa, parroquia Concepción del municipio Jesús Enrique Lossada. El rumor del asesinato se corrió rápido entre los lugareños y uno de ellos les avisó a sus parientes.

Unos allegados cubrieron a la víctima con una sábana desgastada mientras otros buscaban ramas de nim para cubrirlo del sol. Unas mujeres se lanzaron sobre el cuerpo, acariciaron su rostro, le susurraban palabras y se levantaron. Cada uno de los González, damas y caballeros, se fueron despidiéndose de su pariente. Se concentraron en su dolor y no declararon.

Al otro lado de la calle aguardaban los vecinos. Pocos sabían los detalles de lo ocurrido, explicaron que salieron a las 6.30 de la mañana para llevar a los niños al colegio que queda en la esquina. Primero pensaron que era algún borracho, hasta que un curioso se acercó para detallar quién era y notó que estaba lleno de sangre y sin vida.

Otro de los testigos relató con firmeza. “Lo lanzaron, a las 9.00 de la noche, desde un carro. No se pudo distinguir las características del carro porque estaba oscuro”, contó uno de los curiosos, quien prefirió no identificarse.

Los uniformados del CPBEZ y los detectives de la Policía científica resguardaban la escena, verificaron la identidad del occiso y entrevistaron brevemente a la familia. Esperaron hasta la llegada de la furgoneta para levantar el cuero y trasladarlo a la morgue forense para la necropsia de ley.

A algunos miembros de la familia los llevaron a la oficina del cuerpo detectivesco para continuar con la investigación. Para los sabuesos, el homicidio de Héctor González, se debe a alguna venganza.

 

Los familiares no declararon. Todos se concentraron en consolarse. (Foto: José Nava)

 

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