Cuatro neonatos murieron en la CHET tras robo de tuberías que suministraban oxígeno a la UCI

La delincuencia afecta a todos. No hay quien se salve, es una cuestión que supera las barreras de lo entendible, y por lo general perjudica a los inocentes, a aquellos que no deberían ser salpicados por la maldad, pero que al final son los que más caro lo pagan. Cuatro neonatos murieron en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (CHET, tras el robo de las tuberías que suministran oxígeno. Así lo reseña el-carabobeno.com


Por Armando Díaz

Es la historia de Flor Molina, una madre de 36 años, con dos hijos menores de edad, quien tuvo que despedir a su hija de 12 días de nacida. El hampa, y el robo le cobraban la vida por unos tubos que suministraban oxígeno a la Unidad de Cuidados Intensivos de la CHET.

La neonata era sietemesina, estuvo un tiempo internada en la UCI, puesto que había contraído una bacteria que se le alojó en el pulmón. Ella moriría a eso de las 10:00 a.m, tras caer en un estado de coma. Ese 3 de junio, otros tres bebes acompañarían a la niña. Sin oxígeno no había como sobrevivir.

La bebé estaba entubada y hoy (sábado) finalizaría el incómodo proceso, comentó Molina entre llantos mientras se despegaba de la urna blanca en la que reposaba el cuerpo de la niña. Ella era enfática al expresar su gratitud a todos los médicos y enfermeras de la CHET por su trato incondicional y apoyo permanente para salvar la vida de la pequeña.

La mujer condenó la delincuencia del país y pidió con una calma controlada que la ciudad hospitalaria tenga más seguridad. No entiende el papel de los milicianos como custodios del lugar, puesto que no tienen armas, ni ningún tipo de entrenamiento, por lo que no están aptos para defender a los que ahí dentro se encuentran.

No es la primera vez que roban en el hospital, siempre hay alguien perjudicado. Esta vez fue la hija de Flor Medina quien no llegó a vivir un futuro digno en un país como Venezuela.