Un grito de desesperación se escuchó aquella mañana del lunes 11 de septiembre en un edificio blanco con rejas azules llamado San Marino, situado en la calle San Marino de Campo Alegre, municipio Chacao, estados Miranda. La muerte se había presentado en ese lugar, pero pasó fugazmente y sin que nadie pudiera alertarla.
Un hombre de 54 años se encontraba dentro de su cuarto en el piso, con sus manos amarradas, amordazados y en avanzado estado de putrefacción, se trataba de Enrique Gerardo Berti Osorio, un comerciante capitalino.
Osorio vivía solo en aquel apartamento, luego de que se separara de su esposa desde hace cuatro años. Desde ese momento, siempre estaba solitario y sus vecinos lo consideraron como un hombre “cordial”. Nunca se imaginó que la soledad sería su sentencia y que el hampa lo vería como un objetivo.
Sin rastro
Berti Osorio era propietario de una empresa de importación de repuestos automotrices llamada Vil y Ver, situada en Maripérez. El miércoles 6 de septiembre salió de su trabajo y les dijo a sus empleados que el jueves tenía planificado viajar a Valencia, estado Carabobo, para comprar insumos para su negocio.
Efectivamente Berti viajó a Valencia el jueves y regresó nuevamente a Caracas. El edificio San Marino, donde vivía la víctima, es una edificación familiar, donde también residen las hermanas, hermanos de Enrique y su madre.
Ya en el obscurecer del jueves la madre de Enrique escucha unos ruidos extraños y le grita a su hijo que si todo estaba bien y él le respondió que si. Desde ese momento, no supieron más de Berti y sus parientes no se preocuparon pensando que había realizado un viaje nuevamente.
Berti vivía en el primer piso de la edificación en el apartamento cinco y desde hace un tiempo no recibía la visita de su hija de 15 años, quien se encontraba viviendo con su madre, por lo que la gente estaba acostumbrada a que era un hombre solitario. Esa soledad le daba la libertad de salir en horas de la madrugada- a bordo de su camioneta Ford Explorer Limited gris 2012-a disfrutar de unos tragos.
Lo inesperado
El infortunado desde hace tiempo quería vender su camioneta. Le había dicho a un primo que asistiera el sábado a su apartamento para conversar la forma como lo ayudaría a vender el automóvil. Como habían acordado el familiar de Berti asistió a su inmueble, pero él nunca abrió la puerta. Su primo lo llamó por teléfono varias veces y tocó desesperado la puerta, pero nada, sin saber que del otro lado se encontraba Enrique, cadavérico e inerte.
Un olor nauseabundo, como si fuera salido del mismo infierno, comenzó a sentirse en el aire el lunes 11 de septiembre. Los vecinos no soportaban el hedor, algo que percibió también una señora que le limpiaba paulatinamente el apartamento a Berti. La dama comenzó a gritarle para que le abriera la puerta, pero no obtuvo respuesta, por lo que llamó a una de las hermanas de la víctima.
Ambas forzaron la cerradura e ingresaron al apartamento. Comenzaron a perseguir, de donde provenía el hedor, hasta que llegaron al cuarto de Enrique y lo encontraron tirado en el piso, maniatado, amordazado y en avanzado estado de descomposición.
La habitación era un desorden al igual que el apartamento, faltaba de su lugar el televisor, el microondas, una computadora y la camioneta que pensaba vender la víctima.
Los pesquisas del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) acudieron al lugar en horas del mediodía. Colocaron la numeración a cada evidencia de interés criminalistico, iniciando la faena de la inspección técnica del sitio del suceso. No faltaron curiosos que se asomaron desde sus ventanas o se pararon en las esquinas de las calles para averiguar que ocurría, hasta que el cuerpo del infortunado fue sacado del lugar en la furgoneta del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf).
Se conoce hasta el momento que la víctima fue asfixiada, pero continúan las averiguaciones del caso, por lo que se conoció que los detectives regresaron a los alrededores del sitio del suceso buscando las cámaras de seguridad, que registraron la entrada o salida de la víctima al edificio y si alguien extraño lo acompañaba.
Los vecinos de la zona comentaron que observaron a un hombre desconocido salir del edificio, donde fue asesinada la víctima, hecho que está siendo investigado. Los residentes del sector revelaron a El Cooperante que desde el mes de marzo se han acrecentado los hechos delictivos en los alrededores, entre ellos los robos y ahora el asesinato de un hombre.
El Cooperante
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