Crónica Letal: El psiquiatra asesino que decía amar a paciente para robar su fortuna

La depresión cubrió de tal manera a Nilda Cristina Torrealba Santana, de 58 años, que no podía mantenerse en pie sola, se la pasaba retraída, cabizbaja y con una tristeza que no podía controlar. Su vida se había convertido en un vaivén constante, sin saber en dónde iba a parar.

Su economía era prospera, debido al negocio lucrativo del comercio, pero como su estado mental se agravaba aún más solicitó ayuda profesional a un psiquiatra renombrado y terminó encontrando la muerte.

Su cadáver fue hallado la semana del 13 de noviembre de este año dentro de su vivienda en Los Teques, estado Miranda, guindado del techo, una silla tirada en el piso y una carta en una esquina.

Un dominio en medio de una inestabilidad

Nilda buscó desesperada a un psiquiatra que la ayudara a controlar su depresión, hallando a Euribides Smith Cotua, un galeno de 64 años que trataría su patología.

Durante meses la atendió en su consultorio en el Materno Infantil de Caracas, la mantenía sedada constantemente y de forma exacerbada. Tantas eran las consultas que la relación entre paciente y psiquiatra terminó tornándose en amorosa.

Nilda y Euribides sostuvieron una relación sentimental por meses, mientras se desarrollaban consultas psiquiátricas. Un amorío que para el galeno era netamente un interés económico.

Euribides se aprovechaba de la inestabilidad mental de Nilda para dominarla y controlarla a su antojo, a tal grado que la fémina terminó transfiriéndole altas sumas de dinero, pero él no se conformaba.

El crimen

El psiquiatra, a quien conocían afectivamente como el Dr. Smith, planeó simular un suicidio para apoderarse de los bienes de Nilda.

Smith Cotua desnucó con un mecate, junto con su cómplice de 67 años de nombre Rodolfo Arrieta, a Nilda, luego guindó el cadáver del techo de la vivienda de la fémina para simular un suicidio y posteriormente escribió una carta, para hacer parecer que la dama dejó una nota de despedida.

Los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la entidad acudieron a la vivienda de Nilda y notaron ciertas evidencias de interés criminalístico que no concordaban con un suicidio y tras cotejar las pruebas en el laboratorio forense determinaron que la víctima había ingerido gran cantidad de fármacos para el momento de su muerte, y que además las marcas en su cuello indicaban que había sido un asesinato y no un suicidio.

De igual manera, lograron verificar que la carta que encontraron fue realizada por el Dr. Smith y su cómplice, quien se encargó de realizar los documentos para apropiarse de los bienes de la víctima.

Luego de todas las evidencias que inculpaban al psiquiatra fue detenido cuando se trasladaba en su vehículo Honda Civic por la plaza Bolívar de Los Teques. Ambos implicados fueron presentados ante la justicia el día miércoles 22 de noviembre. Con información del Diario Avance.

El Cooperante logró conocer que Smith Cotua se desempeñó en altos cargos en el Hospital Psiquiátrico de Caracas. Se jubiló hace cuatro años del servicio de psiquiatría del Hospital de Coche.

Un informante, quien prefirió no identificarse, dio a conocer que presuntamente a pesar de que el psiquiatra estaba jubilado, en ese centro hospitalario, continuaba atendiendo a pacientes en un área apartada del recinto, cuando el personal de guardia se había ido del lugar.

“Él siempre tuvo cargos de poder. Era conocido ante el gremio”, manifestó la fuente.

Lo que dice un experto sobre este tipo de casos

Este caso presenta ciertos parecidos al del psiquiatra Edmundo Chirinos, quien asesinó a una estudiante de periodismo identificada como Roxana Vargas Quintero, con quien sostuvo una relación, mientras él trataba su patología. Un suceso de relevancia en el mundo periodístico.

El comisario Luis Godoy, exjefe de homicidios de la antigua Policía Técnica Judicial (PTJ), manejó a profundidad el caso de Edmundo Chirinos y detalló cierta relación de ese suceso con el del psiquiatra asesino de Los Teques. “Los psiquiatras pueden manipular mentalmente a sus víctimas para llevarlas al estado que ellos quieran, y pueden lograr a través de su profesión y el poder que tienen llamar la atención de su paciente, esto genera indefensión en la víctima y se aprovechan de ello”, manifestó Godoy.

Fuente: El Cooperante