Dos ciudadanos de nacionalidad venezolana fueron quemados vivos tras salir de un bar en el distrito de Unión Ashaninka, en la provincia de Mantato, al sur de Perú.
Medios locales informaron que a los migrantes les acusaron de ser los presuntos responsables de asesinar a unos adolescentes, con quienes habrían tenido una fuerte discusión el día anterior.
El ataque ocurrió cuando los venezolanos salían de un local nocturno.
Se supo que los enardecidos pobladores atacaron a los extranjeros a golpes, les rociaron con gasolina y les prendieron fuego.
Posteriormente, los restos carbonizados fueron hallados en las orillas del río Apurímac, frente al poblado de Santa Rosa.
Las primeras informaciones indican que los hechos ocurrieron entre el viernes 7 de junio, cuando los venezolanos se pelearon y dispararon contra los jóvenes en un local nocturno, causando la muerte de dos de ellos.
Posteriormente, los atacaron y quemaron. La identidad de los venezolanos no ha sido difundida.
Ahora, los agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) investigan las circunstancias en que murieron los adolescentes y como, en un acto de venganza, los venezolanos fueron quemados vivos y sus restos aparecieron cerca del río.