Jorge Luis Gómez Ojeda, de 30 años, alias “Caramelo”, confesó haber asesinado a la maestra Luisa Elena César de Cánchica, la mañana del 12 de enero en el estacionamiento de la escuela Ricardo Montilla de Guarenas, publica El Universal
La confesión la hizo a través de su teléfono celular. Envió mensajes de texto a familiares cercanos dejando claro “que estaba metido en tremendo lío porque había matado a una maestra”.
El crimen era titular principal de los periódicos y tema central de la opinión pública. Los parientes no dudaron de sus palabras, porque además sabían de sus andanzas.
Los textos quedaron reflejados en el sistema, y fueron hallados por funcionarios de la Dirección General de Contra Inteligencia Militar (Dgcim), una vez que le hicieran rastreo telefónico y localizaran a sus familiares y amigos más cercanos.
Los propios allegados admitieron haber tenido comunicación con él, y dijeron que se había desaparecido.
“Unos tíos era lo único que tenía como familia, y más bien lo corrieron cuando se enteraron de lo que había hecho”, reveló una fuente que estuvo en la investigación del caso.
En los mensajes de texto que enviaba “Caramelo” con frecuencia a familiares y amigos, insistía en pedir dinero prestado para poder escapar lejos. “Sabía que lo teníamos cercado”, refirió la fuente.
El sujeto era huérfano y no tenía hermanos. Era residente del barrio La Guairita de Guarenas y no tenía registros policiales. Sin embargo, era señalado de ser uno de los delincuentes del sector que “estaba agarrando alas”.
El día del asesinato de la maestra, “Caramelo” fue reconocido por varios testigos del hecho. Incluso, intentaron detenerlo, pero por tener un arma de fuego en la mano y con tono amenazante la gente lo dejó escapar.
“En principio, por el modo como ocurrió el homicidio, manejábamos la tesis del sicariato. Pero después de identificarlo y sacarle el perfil, se determinó que el móvil fue el robo de la camioneta”, detalló la fuente.
Los efectivos estudiaban el móvil de sicariato, pues el esposo de la maestra fue jefe de la Región 3 de la Dgcim, es decir, en los llanos venezolanos. No descartaron que se tratara de una venganza de las bandas que azotan el estado Guárico hacia el militar. Finalmente, toda esa teoría fue suprimida.
Quince días tardaron en determinar que el sujeto nunca salió de la zona montañosa de La Guairita, pues el rastreo telefónico lo delató por completo.
Los funcionarios instalaron un seguimiento exhaustivo en la zona y detectaron sus movimientos en la parte alta de la montaña, específicamente en el sector conocido como La Quebrada.
Horas después, específicamente la noche del 26 de enero, el sujeto fue sorprendido en la montaña y se enfrentó a los funcionarios. Cayó herido y falleció minutos después en el Seguro Social de Guarenas. Le incautaron un revólver.
Los funcionarios no supieron si “Caramelo” estaba escondido solo o con otros maleantes de la zona.
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