Allegados a la víctima contaron que la mujer vivió en el barrio San Valentín, en El Tigre, pero se mudó porque “mataban a mucha gente”.
María Elena Arévalo Calzadilla, de 35 años de edad, fue asesinada mientras dormía en su cama con su hija menor de diez años.
Tres de los nueve proyectiles que perforaron las láminas de la humilde vivienda de Arévalo impactaron en la cabeza, pierna y antebrazo derecho de la víctima.
De acuerdo con el diario El Tiempo, las detonaciones y posterior ruido de un carro fueron escuchados la madrugada del sábado por los vecinos de la invasión ubicada en la calle La Orquídea, al final del sector El Mirador II, en el municipio Guanipa, Anzoátegui.
Según sus versiones, la comisión policial tardó en llegar, y más aún una ambulancia que llegó al sitio unas dos horas después. A la mujer la sacaron agonizando y no llegó con vida al hospital. La niña se encuentra en perfecto estado.
Los residentes de la zona contaron que Arévalo era una mujer decente, se ganaba la vida vendiendo hielo y alquilando teléfonos en su rancho. Añadieron que desde que llegó al barrio -hace más de tres meses- se dedicaba a asistir a la iglesia evangélica Fortaleza de Cristo, en 12 de Marzo y a realizar cultos y escuelas dominicales en el patio de la casa.
El Cicpc inició las investigaciones y no descarta el móvil de la venganza.
Allegados a la víctima contaron que la mujer vivió en el barrio San Valentín, en El Tigre, pero se mudó porque “mataban a mucha gente”.