Se prenden las alarmas por 39 personas que han fallecido en el país por intoxicación con bebidas alcohólicas adulteradas.
58 fallecidos se han registrado en el país entre 2017 y 2019, según Civea. 95 % de las víctimas viven en zonas populares, sitios donde venden licor sin regulación y no se cumplen las normativas. La hiperinflación ha obligado a las personas a que consuman licores desconocidos por su bajo costo.
Luego de tomarse tres botellas de cocuy de penca las primas fallecieron. El resultado de la autopsia de Karen, Zoraida y Teresa Delgado arrojó que la causa de la muerte fue intoxicación aguda y daño al conducto digestivo.
Las víctimas compraron las botellas en una vivienda del sector El Retiro, en Cotiza. La noche del 2 de noviembre se las tomaron y al amanecer —en la misma casa— sintieron dolores estomacales y molestias en la garganta.
Estas primas forman parte de las 39 personas que han muerto intoxicadas en el país durante el 2019 —cifra hasta el 19 de diciembre—, por ingerir licores adulterados o clandestinos, según un sondeo en medios de comunicación hecho por la Cámara de la Industria Venezolana de Especies Alcohólicas (Civea).
Más de la mitad de las víctimas (22) se han registrado en el estado Aragua y llama la atención que solo 13 ocurrieron en la población de Villa de Cura. Distrito Capital y Miranda reúnen 8 fallecidos cada una. En Caracas lideran los municipios Libertador y Sucre.
Teresa, de 64 años de edad, murió el 3 de noviembre. Mientras que Karen, de 25 años y Zoraida, de 47 años, estuvieron tres días en terapia intensiva y fallecieron el 5 de noviembre. “El cocuy es la nueva FAES blanca, porque no deja vivo a nadie”, dijeron sus parientes en la morgue de Bello Monte, cuando retiraban los cuerpos.
Hernán Matute, profesor de la cátedra Libre Antidrogas del Instituto Pedagógico de Caracas, explicó que el consumo de estos licores aumentó en vista de que subieron los precios de las bebidas alcohólicas tradicionales. Comprar cuesta el triple y lo más barato es conseguir licores de dudosa reputación, como guarapitas o supuestos cocuy de penca.
“Las bebidas tradicionales se hicieron inaccesibles, en algunos casos consumen bebidas como El Centauro que tienen una base de alcohol como metanol y no es apto para el consumo humano”, dijo.
De acuerdo con datos de Crónica.Uno en diciembre de 2018 una botella de cerveza costaba 500 bolívares y este año 36.000 bolívares, su incremento fue de 7.100 %. Mientras que una botella de ron el año pasado valía 2.500 bolívares y ahora se obtiene por 315.000 bolívares, aumentó 12.500 %.
El profesor Matute aseguró que estas bebidas desconocidas, que son más económicas, no pasan por los procesos adecuados y especialmente en las zonas populares se han dado a la tarea de mezclar bebidas alcohólicas tradicionales con otras sin permiso sanitario.
“Mezclan el cocuy de penca con otras bebidas con alto contenido de alcohol, que ha generado severas reacciones en el cuerpo humano, por la forma en que han sido adulteradas. Esas se venden más baratas y ahora se consumen más, es a lo que la gente tiene acceso de comprar”.
Zonas populares con más víctimas
Luis Enrique Cárdenas, presidente de Civea, explicó que la mayoría de las muertes por consumo de bebidas adulteradas o clandestinas se registran en los días festivos por Navidad y Fin de Año. Destacó que 95 % de las víctimas viven en zonas populares.
Según Cárdenas las muertes por intoxicación ocurren con más frecuencia en zonas populares porque las bodegas o viviendas, que venden licor, no tienen ningún tipo de regulación.
“No son lugares autorizados, por lo tanto venden de manera ilícita. Tampoco tienen restricciones de edad ni de horarios, cuando el sector tiene muchas regulaciones en cuanto a horarios o publicidad, por ejemplo”.
Civea registra 58 fallecidos por intoxicación con bebidas adulteradas desde el 2017 hasta el 19 de diciembre de 2019. 70 % de las víctimas son hombres y 30 % mujeres; el promedio de edad para ambos géneros es de 38 años de edad.
“Una bebida clandestina es cuando ese producto no cumple ninguna regla del proceso ni el uso del alcohol, principal materia prima, no es apta para el consumo humano. Y la bebida adulterada es cuando mezclan el licor legal con un producto ilegal, incluso con productos tóxicos. Ambas situaciones forman parte del comercio ilícito”.
Estas se diferencian de las bebidas artesanales, que al contrario, implican un volumen más pequeño pero no quiere decir que incumplan las normas o sean ilegales. Las etiquetas de estos productos suministran toda la información legal.
El comercio ilícito, que representa 30 % del consumo en Venezuela, ha desplazado al sector formal. La inflación —que según la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional fue de 5515,6 % entre enero y noviembre— y la regulación excesiva en materia tributaria suma en la afectación de este sector.
“En 1980 teníamos un consumo de 10 litros por persona y este año llegamos apenas a 2,2 litros y estos 2,2 cuenta al mercado ilegal. Es decir, que el consumo legal por persona es 1.6 litros”, dijo Cárdenas.
Síntomas se confunden con “resaca”
El profesor Matute recomendó estar muy atentos, en estas fechas festivas, al momento de ingerir bebidas alcohólicas de dudosa procedencia, pues son las más baratas de conseguir.
“Hay que hacer un llamado a las empresas y también al Estado para que regulen y fiscalicen la venta de estas bebidas, sobre todo cuando se han registrado tantas muertes por intoxicación”.
Las intoxicaciones etílicas generalmente se disfrazan con síntomas de ebriedad y por eso no levantan sospechas. Matute explicó que no hay línea divisoria entre la intoxicación y un efecto de la resaca, por eso consideró muy importante acudir al hospital en caso de que persista el dolor de cabeza y dolor estomacal.
“No hay que mezclar bebidas con distintos grados de alcohol ni consumir bebidas de dudosa procedencia. También es recomendable no sustituir el metano por el etanol, porque es muy grave la consecuencia”.
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