Desde su secuestro, es la primera vez que Socorro Pernía de Camargo hace una petición pública por la liberación de su hijo.
por La Nación
Socorro Pernía de Camargo confiesa que ha sido un año duro, de dolor, angustia e incertidumbre, en el que han sentido que ya no tienen apoyo y en el que su mayor anhelo ha sido el de ver llegar de nuevo a su hijo. Desde su secuestro, es la primera vez que Socorro Pernía de Camargo hace una petición pública por la liberación de su hijo, pues la desesperación la presionó a hacerlo. Antes ya lo habían hecho otros familiares, incluyendo a la esposa de Édgar Orlando Camargo Pernía, quien junto a Yerbiz Javier Cortez, uno de sus empleados, fue plagiado en Puerto Santander, el 22 de septiembre de 2020.
La voz se le quebró mientras hablaba. Y pidió no publicar su fotografía, para evitar algún tipo de represalias, porque toda la familia tiene miedo.
“Ahorita, el miércoles, se cumplió un año de haber sido secuestrado. Que las madres se pongan en el lugar mío, para que puedan entender lo que estoy sintiendo, lo que estoy sufriendo por ese hijo. No sé nada de él, dónde está, cómo se encuentra. Todos los días espero la llegada de Édgar, y le pido al Santo Cristo de La Grita que me lo ilumine. Recuerden que nosotras, las mamás, somos las que sufrimos por los hijos de uno; lo lloramos todos los días”, relató la dama entre lágrimas.
Recordó también que el padre de Édgar falleció hace dos meses y medio, con la desdicha de haberse ido sin saber qué le pasó a su hijo.
“Su papá ya partió a la eternidad, sin saber qué fue lo que le pasó a Édgar. Por lo menos, él ya está con Diosito. Nada ha sido igual desde que mi hijo no está, sentimos mucha soledad, mucha ausencia, un vacío demasiado grande en esta casa”, agregó Socorro.
“El día que falleció mi papá, mi mamá dijo que habíamos quedado en que todos íbamos a esperar a que Édgar regresara; entonces, por qué se había ido, por qué la había dejado sola, si ese era el pacto que ellos habían hecho. Los dos iban a esperar por su hijo”, recordó una hermana del exmilitar.
“Nada es igual”
—Como hijo, incondicional. Y como hermano, solo había que llamarlo y él ayudaba a resolver; él era la columna vertebral de la familia. Ya nada es igual. Como familia, estamos todos destruidos. No hay forma ni manera de hacer una vida normal. Mi mamá tiene el corazoncito arrugado, y pidiéndole a Dios que, más que para nosotros, le dé fuerzas a él para aguantar. La primera Navidad sin él fue horrible, pero, aun así, nosotros teníamos como más esperanza de que apareciera, porque íbamos, veníamos, buscábamos, notamos como un poco más de interés de los organismos que lo buscaban. Pero ahora, cada día que pasa es un día menos de probabilidades de que regrese”, añadió la hermana.
Reveló que, en su desespero por verlo regresar, pagaron su rescate, pero posiblemente fue algún inescrupuloso que se aprovechó de la vulnerabilidad de la familia, pues no regresó.
“Pagamos un dinero que nos pidieron los que supuestamente lo tenían en su poder. Otras personas siguieron llamándonos, pero no se llegó a nada porque pidieron una cifra muy alta, y tampoco nos daban una prueba de que ellos lo tuviesen. Mi hermano trabajó para la Guardia Nacional durante 26 años y esta no ha hecho absolutamente nada para buscarlo, ni se ha comunicado con Colombia para unir recurso humano, o algo así, que sirva para encontrarlo a él y a su empleado Yerbiz”, recalcó.
La familia ha tratado de contactar a representantes del gobierno local y regional, y del Legislativo del Táchira, pero no se ha concretado nada. El Gaula de Colombia también conoce el caso, pero la poca o nula relación existente entre ambos países ha sido un obstáculo; por eso, sus esperanzas las están cifrando en la reapertura de la frontera.
Una misa
Este miércoles, a las 6 de la tarde, para conmemorar con una misa el primer año de la ausencia de Édgar y Yerbiz, se reunió la familia Camargo Pernía en la iglesia El Santuario, de La Grita, para pedirle a Dios por el pronto retorno a sus hogares de los dos hombres.
El exsargento de la GNB y productor agropecuario, Édgar Camargo Pernía, ahora de 50 años, y su empleado, Yerbiz Javier Cortés, de 23 años, fueron secuestrados el 22 de septiembre de 2020, cuando desde Táchira pasaron a Puerto Santander para efectuar unas compras.
Unos sujetos armados que se hallaban en la trocha El Sapito, que une a Boca de Grita, municipio García de Hevia, con Puerto Santander, y con los que el muchacho tuvo un problema mientras cruzaba la trocha, se los llevaron a los dos, en motocicletas, con rumbo desconocido.
Pese a que Camargo ya se había retirado de la GNB, ocho meses antes, ese día llevaba el carnet militar y creen que eso pudo influir en que aún no aparezcan ninguno de los dos, aunque a la familia le parece raro que esto ocurriera, pues de los 26 años que trabajó para ese componente, 18 lo hizo en esa zona, donde era conocidos por todos.