El presidente colombiano, Gustavo Petro, anunció este viernes la retirada del Gobierno de la jefa de Gabinete, Laura Sarabia, y del embajador en Venezuela, Armando Benedetti, involucrados en un escándalo de interceptación telefónica y posible abuso de poder.
«Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador se retiran del Gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener desconfianza», manifestó Petro en una ceremonia de ascensos militares en Bogotá.
El mandatario neogranadino con tan solo diez meses en el Gobierno, enfrenta una delicada crisis que involucra en un escándalo de interceptaciones ilegales y posibles abusos de poder a dos de sus alfiles, la jefa de Gabinete, Laura Sarabia, y el embajador en Venezuela, Armando Benedetti.
El supuesto hurto de un maletín con dinero de la casa de la alta funcionaria supuestamente por Marelbys Meza, una mujer que trabajó para ella como niñera, fue el detonante de una serie de actuaciones irregulares que hoy tiene en la cuerda floja a Sarabia, que se ha convertido en la mano de derecha de Petro en su Gobierno, y a Benedetti, quien lo fue durante la campaña electoral.
Sarabia es una joven abogada, que trabajó con Benedetti cuando era senador y llegó a Petro de forma conjunta. El gobernante decidió guardarla, como prueba de su valía, en la posición más cercana que tenía: la de jefa de despacho.
Así se ha convertido en una de las mujeres más poderosas del país, pero su meteórico ascenso se ha visto frenado por el escándalo de la niñera y las interceptaciones ilegales que se ordenaron en su contra, así como una prueba de polígrafo realizada en el mismo Palacio presidencial.
«Rechazo las interceptaciones ilegales, hemos luchado toda la vida por la garantía de los derechos humanos, esa lucha le costó la vida a muchos de los nuestros. Que se investiguen estos hechos y se esclarezca lo ocurrido», manifestó en Twitter la vicepresidenta Francia Márquez, en un reconocimiento implícito de que algo ilegal hubo, aunque Petro dijo anoche en la misma red que «ningún miembro del Gobierno ha dado ninguna orden de interceptaciones telefónicas».
Benedetti fue uno de los primeros aliados que encontró Petro fuera de la izquierda en 2021, cuando lanzó su candidatura presidencial, y se le atribuye gran parte de su éxito electoral, por lo cual se convirtió en figura poderosa en el Gobierno, que, ante los casos judiciales que le persiguen y una fama de persona poco confiable no le guardó un puesto de ministro, pero lo designó embajador en Venezuela.
La conexión con el embajador
Tras la denuncia de Meza surgió la conexión de Benedetti con el caso, revelada en W Radio por Coronell, según la cual el embajador podría estar detrás de las revelaciones de la exniñera, que también cuidó a los hijos del embajador, como consecuencia de un choque entre ambos por cargos en el Gobierno.
Según esa versión, Benedetti quiere dejar la embajada en Caracas y le pidió a Petro el Ministerio de Defensa, lo que fue rechazado por el presidente, y Sarabia, su antigua subalterna, «le ofreció el Ministerio del Interior o la Cancillería, a pesar de que ambos cargos ya estaban ocupados».
Benedetti regresó esta semana a Bogotá para reunirse con Petro y, mientras el país esperaba los resultados de ese encuentro, la revista Cambio reveló que Meza no solo fue interrogada sin orden judicial sino que su teléfono fue interceptado por la Policía, que usó como fachada una operación contra la banda criminal del Clan del Golfo en el departamento del Chocó.
Petro ratificó que desde el gobierno no se autorizan escuchas
Lo primero a lo que se refirió fue a las interceptaciones ilegales de las que fueron acusados funcionarios de su Gobierno, y rechazó que desde su administración se haya ordenado estas prácticas, ni hacia poderosos ni hacia personas humildes, intentando dar tranquilidad a la oposición. Luego, habló de la exniñera de su mano derecha:
“Hubiera sido terrible que de mi gobierno saliera una indicación que contradijese los objetivos por los que hemos luchado durante décadas. Nosotros no tenemos nada contra la señora Marelbys. Ella no tiene nada que temer, es nuestra amiga. […] No verán opositores chuzados ilegalmente por este gobierno, nosotros no hacemos eso”.
El jefe de Estado alentó a las autoridades a investigar a cada uno de los integrantes de su administración que pudiesen estar involucrados en estos hechos y se mostró confiado en que no encontrarán prácticas ilegales de su gobierno, pese a las denuncias de la Fiscalía en las últimas horas.
Además, en varias ocasiones afirmó que su administración respeta los derechos humanos, y que mientras avanza el caso sus servidores se van:
“Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada, y el embajador de Venezuela se retiran del Gobierno, para que desde el poder que implica esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza que se van a alterar los procesos de investigación, que no nos corresponden a nosotros, le corresponden a las autoridades competentes”.
Historia de la niñera chuzada, acusada de robo, que trabajó para Sarabia y Benedetti
La decisión la tomó el presidente Gustavo Petro luego de que, en exactamente una semana, el escándalo que se originó en un inconveniente doméstico, personal (el supuesto robo de dinero a la jefe de despacho, Laura Sarabia), cobrara proporciones nacionales y se convirtiera en un problema de Gobierno, casi que en un asunto de Estado.
De esa manera respondió Petro a los crecientes reclamos del país por una bochornosa situación que enredó a dos de sus más entrañables funcionarios, Sarabia y el embajador en Caracas, Armando Benedetti, un hecho que reflejó una nueva grieta en el interior del Ejecutivo.
La dinámica que tomaron los hechos obligó a Petro a pronunciarse, pues la situación comenzó a agravarse cuando se supo que para resolver ese problema particular de Sarabia se usaron, en instalaciones de la Casa de Nariño, medios como el polígrafo y participaron servidores públicos, en diligencias en las que Marelbys Meza, la exniñera de Sarabia, dijo haberse sentido maltratada.