La droga actúa sobre sistema nervioso central, centro de control de la mayoría de funciones del cuerpo.
Estados Unidos enfrenta una gran amenaza interna: el fentanilo, causante de la mayoría de muertes por sobredosis con opioides sintéticos en el país. Según la base de datos gubernamentales USAFACTS, solo en 2022 perdieron la vida 73.654 personas por el consumo de esa droga.
El fentanilo es un medicamento recetado similar a la morfina, pues se utiliza para tratar a pacientes con dolor intenso o crónico desde 1998, cuando su uso fue avalado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, aunque su empleo en la medicina data de los años 60. Sin embargo, con el paso del tiempo la receta empezó a ser fabricada ilegalmente y distribuida como una peligrosa sustancia psicoactiva.
La DEA
El fentanilo fabricado ilegalmente está relacionado con los casos recientes de sobredosis y miles de muertes en el país norteamericano, justamente por su toxicidad y potencial adictivo, pues se necesitan pocas dosis para que surta efecto.
Según la DEA, esa droga ilegal es distribuida de diferentes formas: en pastillas, polvo y líquida, por lo que puede ser aspirada por la nariz, inhalada, fumada, consumida vía oral, inyectada y hasta aplicada en gotas. El fentanilo se vende incluso en tabletas combinadas con otras sustancias.
¿Qué es el fentanilo?
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos explica que el fentanilo es un opioide sintético, es decir, es una clase de droga que contiene sustancias químicas tranquilizantes y analgésicas. “Es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina”, destaca.
Como se mencionó, al tratarse de un opioide, la sustancia se adhiere a los receptores que se encuentran en el cerebro y la médula espinal, y los activa. Ello bloquea la señal del dolor en el cerebro y libera grandes cantidades de dopamina.
“Después de tomar opioides muchas veces el cerebro se adapta a la droga, disminuyendo su sensibilidad, lo que dificulta sentir placer con cualquier otra cosa que no sea la droga. Cuando las personas se vuelven adictas, la búsqueda y el consumo de drogas se apoderan de sus vidas”, añade el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA).
Su consumo afecta directamente al sistema nervioso central, que es conocido como el centro de procesamiento del cuerpo, al ser la parte del cerebro que controla el movimiento, la conciencia, el pensamiento y los sentidos.
«Zombies»
El efecto de esta potente droga en el cerebro es tal que basta con una pequeña dosis para que el consumidor presente efectos como aletargamiento, confusión, sedación e inconsciencia. Incluso hay quienes llegan a perder por completo el control de su cuerpo, lo que hace que se vean como ‘zombies’. ¿Por qué? Porque la droga bloquea por completo las respuestas motoras y los estímulos externos e internos.
En efecto, una investigación de la subdivisión de Neurociencia del comportamiento del NIDA confirmó que el fentanilo produce hipoxia cerebral, es decir, impide el paso del oxígeno hacia el cerebro, lo que impide su correcto funcionamiento y provoca la pérdida de atención y memoria.
“El fentanilo es al menos 20 veces más potente que la heroína a la hora de provocar hipoxia cerebral. Así, su consumo, ya sea confundiéndola con heroína o como un contaminante de la ‘heroína callejera’, podría derivar en una fuerte hipoxia cerebral, con posible letalidad”, expone el estudio.
Investigaciones
Una investigación reciente del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard, encontró que este narcótico es capaz de detener la respiración del consumidor antes de que se produzca la pérdida del conocimiento y la euforia.
El consumo de fentanilo puede ser mortal, incluso en pequeñas dosis. De acuerdo con la DEA tan solo dos miligramos pueden ser letales, dependiendo del tamaño corporal, la tolerancia y el uso anterior del consumidor.
«Más de 150 personas mueren cada día por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo», según datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
La DEA también ha detectado que los fabricantes de drogas están combinando el fentanilo con otros alucinógenos, lo cual incrementa su potencial mortal.
«Debido a su potencia y bajo costo, los traficantes de drogas han estado mezclando fentanilo con otras drogas, incluidas heroína, metanfetamina y cocaína, aumentando la probabilidad de una interacción fatal», resalta la DEA. GDA/El Tiempo