El pasado viernes 28 de junio se celebró el Día del Orgullo, conmemorando los disturbios Stonewall (Nueva York) en 1969, cuando fue la primera vez que la comunidad LGBTIQ+ se unió en Estados Unidos para luchar por sus derechos. Han pasado 55 años, pero la lucha no termina. Cada año se reportan miles de casos de crímenes de odio contra la diversidad sexual, actos violentos y asesinatos de la comunidad sexodiversa. A propósito de este lamentable escenario, la psicóloga y sexóloga Leisa Puentes dijo a este portal que la homofobia puede ser causada por la negación de autoaceptar las preferencias sexuales de quien ataca al homosexual.
Los datos recogidos por Transgender Europa en su Observatorio de Personas Trans Asesinadas, indicó que 4.690 personas transgénero en el mundo habían muerto entre 2008 y septiembre de 2023. Todas ellas asesinadas por prejuicios discriminatorios. En 2023, reportó el asesinato de 321 personas trans y de género diverso. El 94 % de las víctimas fueron mujeres trans o personas trans femeninas. A nivel mundial, casi la mitad (48%) de las personas trans asesinadas cuya ocupación se conocía eran trabajadoras sexuales.
En el caso de Venezuela, el Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ (OVV LGBTIQ+) denunció que entre 2008 y 2024 se registraron 138 asesinatos contra personas trans; y 461 casos de violencia registrados contra la comunidad LGBTIQ+ en 2023. Del total, 59 fueron contra mujeres trans. Además, se contabilizaron cuatro asesinatos de mujeres trans, dos suicidios y 37 casos donde no se respetó la identidad de género.
En entrevista concedida a El Cooperante, la sexóloga Leisa Puentes quien tiene en X, antes Twitter, más de 117 mil seguidores y en Instagram, más de 39 mil, explicó que la homofobia es el miedo o la aversión, el prejuicio o la discriminación hacia las personas homosexuales.
«Puede manifestarse haciendo comentarios hostiles, despectivos o señalamientos que refuerzan los estereotipos negativos, incluso puede manifestarse a través de violencia física o negarle oportunidades y derechos que corresponden a estás personas».
Aclaró que la homofobia no es un desequilibrio mental sino una conducta aprendida por temas sociales o culturales.
«Estas conductas enseñaron a la persona que tener una orientación sexual diferente a lo que, es hombre-mujer genera esta aversión y tiene que ver con temas culturales, nada de temas biológicos o genéticos».
En este punto, refirió que se suele creer que detrás de cada homofóbico hay un homosexual en potencia.
«Esta es solo una de las posibilidades, que sea un mecanismo de defensa, de negación de la conducta propia que no se puede manifestar por prejuicios sociales familiares y culturales, porque caería muy mal si lo manifiesta, entonces lo esconde, pero no es la única razón, tras la homofobia puede haber ese aprendizaje de que esto está mal y porque me enseñaron así lo atacó y lo descalifico».
¿Es la homosexualidad una enfermedad?
- Desafortunadamente en años anteriores, el Manual de Diagnóstico y Estadística que usamos los psicólogos incluía la homosexualidad cómo un trastorno. Ahora, las ediciones actuales lo han corregido. La homosexualidad no es ningún trastorno, ni mental ni físico, tampoco genético.
La orientación sexual es un gusto o una preferencia. Así como a algunos nos gusta el color verde o amarillo. El cerebro tiene este tipo de gustos, así como en los colores no tiene una preferencia buena o mala, simplemente es la orientación sexual.
En junio de 2009 el expresidente de los Estados Unidos, Barak Obama declaró el mes de junio como el mes del Orgullo Gay, Lésbico, Bisexual y Transgénero, citando los disturbios como razón para “comprometerse por la igualdad ante la ley para los estadounidenses LGBT”.
Ese mismo año se cumplían 40 años de los disturbios de Stonewall. En 2016, el entonces presidente también nombró el Stonewall Inn monumento nacional, convirtiendo al pub en el primer monumento de los Estados Unidos dedicado a la lucha del colectivo LGBT: “La gente se cansó de ser perseguida y el movimiento se convirtió en parte esencial de Estados Unidos”, alegó el mandatario.
Sobre disfobia y algunos mitos
Respecto a la disfobia de género, comentó que es una condición en la que la persona experimenta una «incongruencia social significativa» entre su identidad sexual y el género con el que nació, lo que puede generarle malestar y problemas en la vida, «pero es más por el tema social y cultural, no porque sea un problema. Además, genera estrés, ansiedad, depresión, pero es porque quien la siente trata de entenderse y encajar».
Por otro lado, calificó como un mito que un niño o niña que crezca en un hogar de padres homosexuales, vaya a ser homosexual y comparó:
«Si una madre muere y deja al cuidado de su hijo a cargo de su padre que es el abuelo y el tío, los dos lo crían, ese niño no va a tener ningún problema. Aquí lo realmente importante es que los niños necesitan un espacio seguro con garantías de afecto, protección y respeto; la homosexualidad no tiene nada que ver que con haber sido criado por un hombre o una mujer«.
«Estadísticamente son más las personas homosexuales hijas de parejas heterosexuales que lo contrario».
Puentes acotó que la homosexualidad es un gusto o una preferencia que viene innata o puede ser desencadenada por una vivencia violenta o traumática, por ejemplo, una violación.
A propósito del Día del Orgullo, instó a las personas a ser más empáticas porque la discriminación y exclusión de las personas que tienen una orientación o una identidad de género diferente, suele causar un impacto profundo en la personalidad de esas personas.
«Les hacen saber que no encajan y esto genera en ellas, depresión, ansiedades, trastornos de alimentación, trastornos del sueño. Es muy difícil pertenecer a la comunidad LGBT. A nadie le gusta sentir que le excluyan porque hace algo mal. Todos deberíamos ser más compasivos y comprender que lo único que necesitamos como condición para vivir en este planeta es ser humanos, buenas persona. La condición sexual no tiene nada que ver con que una persona es buena o mala».
«¿Qué dijiste, maldita?»: La historia tras la protesta LGBTIQ+ en Sambil La Candelaria
Una manifestación pacífica organizada por el activista Moisés Galvez en el centro comercial Sambil La Candelaria para protestar contra un acto de discriminación homofóbica ocurrido el sábado 8 de junio, terminó en violencia y agresiones contra los participantes.
Ángel Moreno Medina, quien se describe en redes sociales como activista independiente, narró los hechos en su cuenta X, con la intención de “evitar la desinformación y los contextos a media”, dijo.
De acuerdo a lo que expresó, la manifestación comenzó de manera pacífica, con los activistas y asistentes tomados de las manos, bailando y coreando consignas contra la discriminación. Sin embargo, la situación se tornó tensa cuando un grupo de personas comenzó a agredir verbalmente a los manifestantes.
“Mientras caminábamos escuchamos las primeras agresiones verbales. Me resonó una tipa que gritó: ‘Vayan a ser maric@s a sus casas’, a lo que me le paré en frente y le dije ‘¿qué dijiste, maldita?’, la bicha se puso modo ‘¿me dijiste, maldita?’, le dije que sí y me fui”, comentó el activista independiente.
Las personas continuaron su recorrido por la feria de comida, mientras los presentes en el centro comercial «grababan, tomaban fotos y aplaudían». Al acercarse a un establecimiento comercial, con música en vivo, le piden al Dj si les puede facilitar un micrófono para dirigirse al público presente. “En eso, le mandan a no quitar la música y más bien a subir el volumen”.
Un hombre en particular agredió físicamente a uno de los participantes que estaba dando un mensaje en tarima. Esto provocó un enfrentamiento entre los manifestantes y el hombre señalado como agresor.
“En ese momento ellos se comienzan a defender, le lanzan sillas a algunas activistas, y bebidas también. Una avalancha de gente comienza a perseguir al agresor, que salió corriendo y que fue escoltado por la ODDI hasta el local Chop Chop, donde lo escondieron”.
“Comenzamos a pedir que llamaran a la policía mientras el local y los colectivos resguardan al tipo, y proceden a cerrar la santamaría. Multitud enfurecida golpea por unos segundos la santamaría, pidiendo que entreguen al agresor para que sea detenido”, aseguró.
Ángel Moreno dijo que los activistas agredidos acudieron a la Unidad de Atención a la Víctima del Ministerio Público, pero –al parecer- estaba cerrada. “Activistas hablan con el personal y los mandan de vuelta con la policía del Sambil por ser un hecho en flagrancia”.
Personal de la directiva del Sambil La Candelaria negaron cualquier responsabilidad en el incidente y afirmaron que «todo estaba bonito» y que la pelea «debió ser por filas personales y no por la actividad que estaban haciendo». Moreno fustigó que “se negaron a tomar medidas de reparación o a ofrecer talleres de sensibilización para sus empleados”.
La víctima de la agresión física se negó a presentar cargos contra el agresor o contra la ODDI por su participación en el incidente.
“La víctima quedó muy afectada, y aun así decidió no presentar cargos. Entonces, ¿somos nosotros los malos, los salvajes? ¿Hasta cuándo nos discriminan en espacios públicos y de recreación, inventando delitos y rompiendo la ley al incumplir el decreto 006 quedando impunes?”, preguntó Moreno.
por El Cooperante