Debido a la presencia de ganglios linfáticos en la zona, la inflamación en las axilas puede alertarnos acerca de problemas de salud que nuestro organismo está tratando de combatir
Las axilas son una zona del cuerpo que solemos cuidar en cuestiones de higiene, ya que, por su cantidad de glándulas sudoríparas, tienden a liberar fluidos que pueden provocar olores desagradables.
También nos preocupamos por darle un aspecto estético, dado que es un área propensa al crecimiento constante de vello corporal indeseado.
Lo que muchos no se imaginan es que, además de esto, son una de las partes que pueden enviar signos de advertencia sobre la salud, en especial ante desequilibrios hormonales o afecciones que comprometen la salud linfática.
Si bien algunas veces se pasa por alto, muchas de las irregularidades que presentanindican que algo no está del todo bien en nuestro organismo.
En el siguiente espacio te compartimos 5 señales que, por tu salud, no debes pasar por alto.
1. Mal olor
El mal olor en las axilas es común en la mayoría de las personas, y todos lo hemos experimentado alguna vez.
La acumulación de sudor en la superficie de la piel crea un ambiente ideal para el crecimiento bacteriano, provocando ese olor fuerte y ácido.
Este desaparece con facilidad al tomar una ducha y, por supuesto, al utilizar productos desodorantes y antitranspirantes todos los días.
No obstante, cuando es demasiado fuerte y persistente, es probable que esté alertando un problema de tiroides o cambios hormonales.
Si el olor es similar a la podredumbre de frutas o esmalte de uñas, puede que esté relacionado con un problema conocido como cetoacidosis, en el cual el organismo reduce su capacidad para procesar los azúcares.
Esto quiere decir que, sentir malos olores a pesar de tener buenos hábitos de higiene puede ser una señal de diabetes o prediabetes.
2. Sensación de comezón
La sensación de comezón en las axilas puede ser común cuando el vello corporal comienza a reaparecer tras el rasurado.
Sin embargo, por lo general, es una señal de piel irritada, ya sea por la agresión que provocan las máquinas de afeitar o por los químicos que contienen algunas cremas y desodorantes.
La picazón persistente, acompañada con manchas rojas y células muertas, indica el crecimiento de un hongo en esta zona de la piel.
En este último caso es primordial consultar al médico, ya que es necesario usar untratamiento antimicótico.
3. Dolor
Experimentar dolor en las axilas puede ser la reacción de los músculos ante un sobresfuerzo físico sobre los brazos.
Es común en aquellos que levantan objetos demasiado pesados o hacen ejercicios con pesas durante sus rutinas de entrenamiento.
Este tipo de dolor es de carácter esporádico y, la mayor parte de las veces, desaparece por sí solo con un poco de descanso.
Si se convierte en un problema persistente y de más sensibilidad, lo mejor es consultar al médico.
En casos reducidos, el dolor es una señal de nódulos linfáticos inflamados o lesiones en la zona.
4. Erupciones
El ambiente cálido y húmedo que caracteriza esta zona del cuerpo incrementa el riesgo de padecer infecciones por levaduras.
Esta combinación propicia el crecimiento de los hongos y, con los días, puede originar un sarpullido combinado con picazón, enrojecimiento y pequeñas erupciones.
Asimismo, estas reacciones también pueden ser el resultado de una alergia, el exceso de calor y las rozaduras.
5. Bultos e inflamación
Las inflamaciones pequeñas en las axilas, similares a los granos de acné, aparecen cuando los folículos se obstruyen, impidiendo que los vellos salgan a la superficie.
Estos pueden ser bastante dolorosos y, al no tratarse de forma adecuada, podrían convertirse en una causa potencial de infecciones.
En lugar de extraerlos con pinzas, se recomienda exfoliar la piel hasta que el vello pueda salir.
Por otro lado, la formación de un bulto de un tamaño notorio, que se palpa con facilidad, es una señal de ganglios linfáticos inflamados.
En esta zona del cuerpo abundan estos ganglios que, aunque no se notan cuando están sanos, pueden alertar problemas de salud cuando se inflaman.
Este síntoma indica que el organismo está tratando de combatir una enfermedad o infección y, cuando no se controla, alerta de un problema más grave.
El hecho de que permanezca por varios días o semanas es un indicio de infecciones o incluso de cáncer.
Mantenerlo bajo observación y consultar al médico es determinante para saber por qué apareció y qué tan grave puede ser la condición que alerta.
¿Qué tanta atención le prestas a las señales que te mandan tus axilas? Ahora que sabes que pueden alertar problemas de salud, procura consultar a un especialista ante cualquier irregularidad.
Fuente: derf