La aspirina es una medicación que se utiliza para aliviar el dolor, la fiebre y la inflamación. Se trata de ácido acetilsalicílico que se forma a partir de la reacción de esterificación entre ácido salicílico y anhídrido acético.
A nivel mundial, es una de las primeras drogas que comenzó a utilizarse comúnmente y es aún de las más utilizadas. Cada año se producen y consumen aproximadamente 35 mil toneladas métricas, que son alrededor de 100 mil millones de tabletas de aspirinas estándar cada año.
La aspirina es catalogada como una droga antiinflamatoria no esteroidea (iniciales en inglés NSAID), pero también suprime el funcionamiento normal de las plaquetas, lo cuál la hace más atractiva en determinadas condiciones donde pueden suceder ataques al corazón, apoplejías, entre otras.
Por esta razón, la aspirina es diferente a cualquier otra droga antiinflamatoria ya que tienen un funcionamiento muy particular.
El modo de acción de la aspirina
Un grupo de especialistas de la Universidad de Chicago estudió en detalle el modo de acción de la aspirina en el cuerpo parar aminorar el dolor y la inflamación.
La aspirina funciona inhibiendo la enzima que produce las sustancias prostaglandinas que actúan en el cuerpo desencadenando diversos procesos en el organismo, a nivel del sistema nervioso, sangre, sistema reproductor, tejido liso, entre otros, generando inflamación y modificando la presión sanguínea, la coagulación y la actividad digestiva.
En particular, la aspirina se divide en dos fragmentos, uno se encarga de adherirse a la enzima, alterando su estructura química permanentemente y bloqueando la reacción que produce la prostaglandinas. Si bien hay otras drogas que funcionan generando una bloqueo de la inflamación, la aspirina es la única con este funcionamiento.
La aspirina contra la formación de coágulos
La aspirina tiene la particularidad de prevenir la formación de coágulos. Esta es la razón por la que previo a una operación se prohíbe el consumo de aspirinas, ya que aumenta el flujo sanguíneo y con esto, la posibilidad de perder mayor cantidad de sangre.
Los coágulos se forman en la pared de las arterias cuando una gran cantidad de plaquetas se pegan cuando hay un ateroma, que es una una lesión que se forma en la capa interna. Cuando se acumulan las plaquetas, pueden disminuir el flujo sanguíneo e inclusos llegar a bloquearlo por completo. Por esta razón, cuando se forma un coágulo en una arteria del corazón o del cerebro la persona puede sufrir una apoplejía o un ataque cardíaco.
Pero la aspirina actúa al evitar que las plaquetas se adhieran a la capa interna de las arterias y entonces no se forma el coágulo. Las personas que tienen riesgos de sufrir de estas condiciones, pueden consumir aspirinas para disminuir el riesgo. Sin embargo, siempre hay un efecto secundario al consumo constante de esta droga.
Para las personas que sufren de enfermedades cardiovasulares, los riesgos secundarios son mucho menores que los efectos positivos. En cambio, para personas que no tienen ningún tipo de enfermedad definida aún, cualquier efecto secundario sobre pasa a cualquier beneficio de consumir aspirinas constantemente.
Las personas que tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares son quienes tienen problemas de colesterol alto, presión alta, obesidad, falta de ejercicio, dieta poco saludable, exceso de alcohol, fuman o tienen antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.
Si no es el caso, no hay razón alguna por la cual deberías consumir aspirinas de modo exagerado. Cualquier consumo excesivo tienen repercusiones muy mala sobre el estado de salud. ¡A cuidar de nuestro cuerpo!
Fuente: Vix