George Clooney, Mick Jagger, George Lucas… Decenas de veces hemos oído acerca de famosos maduritos, que anuncian su paternidad. Sin embargo, la ciencia habría hallado que, así como ocurre con las mujeres, el avance del reloj biológico masculino, podría influir en el desarrollo de un bebé. ¡Te contamos los detalles!
Poder hacer amigos, ¿dependería de la edad del papá?
La edad del padre al momento de la concepción, podría influir en el desarrollo social de un niño, asegura un estudio publicado en mayo de 2017 en la revista Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. Específicamente, si bien los hijos de hombres de más de 51 años tendrían más capacidad de vincularse con otros temprano en la vida, llegada la adolescencia, comenzarían a rezagarse en este aspecto debido a factores genéticos.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores siguieron el comportamiento social de más de 15,000 niños mellizos, entre los 4 y 16 años, para determinar si sus habilidades eran afectadas por la edad de sus padres cuando habían nacido, detalla un comunicado de prensa sobre la investigación, publicado en el sitio El Sevier.
“Nuestro estudio sugiere que las capacidades sociales son un aspecto central afectado por la edad paterna. En los casos extremos, estos efectos podrían contribuir con desórdenes clínicos”, alertó Magdalena Janecka, coautora del estudio, según el comunicado.
3 aspectos clave de ser un papá maduro
A pesar de los posibles contratiempos impuestos por el reloj biológico masculino, un hecho es innegable: a diferencia de las mujeres, ellos no atraviesan la menopausia, por lo que mantienen indefinidamente su capacidad de ser padres. ¿Qué sucede entonces, cuando los “retoños” llegan tarde en la vida?
La brecha generacional
Si bien éste es un aspecto siempre presente, llegada la adolescencia de los hijos, y teniendo cuatro (o más) décadas que los separan de sus padres, puede hacerse particularmente notoria la brecha, asegura Juan Pedro Valencia, psicólogo infantil, en el sitio TodoPapás.
Es que, teniendo más olvidada su propia juventud, a éstos podría costarle mucho más comprender a su hijo y ponerse en su lugar. En consecuencia, sería fundamental prepararse psicológicamente para entender el proceso de crecimiento y conocer los retos de la crianza.
La escasez de energía
Mientras que a los 30 la energía suele ser casi infinita, superados los 50, ésta podría agotarse antes de lo esperado, refiere el psicólogo Kevin D. Arnold, en la revista Psychology Today. Por eso, y aunque puede ser tentador tratar de hacerlo todo en un mismo día, es importante, para un papá maduro, saber auto-regularse, para poder estar disponible para las múltiples actividades de los hijos.
La ventaja de la confianza
El paso del tiempo es un gran maestro y, mientras que las personas jóvenes suelen perder confianza cuando algo no marcha como esperado, los mayores, en cambio, ya contarían con cierta experiencia para superar esos momentos. ¡Y la paternidad no es la excepción! Así, aunque los padres jóvenes podrían no ser del todo inseguros acerca de la crianza, los hombres maduros, correrían, en este punto, con algo más de ventaja, concluye Arnold.
Y tú, ¿cuál crees que es la mejor edad para ser papá?
Fuente: yahoo
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