En el fondo sabíamos que lo estábamos haciendo bien y el tiempo (o más bien los investigadores griegos) nos han dado la razón con un estudio que afirma que la siesta es buena para la salud y reduce el riesgo cardiovascular.
A pesar de que también se practica en algunas regiones del sur de Europa e Hispanoamérica, la siesta lleva nuestro sello a lo largo y ancho del mundo, siendo uno de los conceptos que más se vincula con nuestro país. Y es que, aunque apenas el 16% de los españoles encuestados en diferentes estudios asegure dormir la siesta diariamente, sólo el hecho de reposar la comida tirados en el sofá, desconectar del mundanal ruido y dejar que la televisión suene de fondo y nos arrulle, es todo un “deporte nacional”.
Pues bien, a razón de una nueva investigación presentada durante la 68ª Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología, hemos conocido que las personas que duermen la siesta habitualmente a mediodía tendrían más probabilidades de conseguir una notable disminución de la presión arterial con respecto a quien no lo hace. Manolis Kallistratos, cardiólogo del Asklepieion General Hospital de Voula (Grecia) y coautor de este estudio, aseguraba: “El sueño del mediodía parece disminuir los niveles de presión arterial en la misma magnitud que otros cambios en el estilo de vida, como la reducción de la sal y el alcohol, que pueden reducir los niveles de presión arterial entre 3 y 5 mm Hg”.
“Estos hallazgos son importantes porque una caída en la presión arterial de tan solo 2 mm Hg puede reducir el riesgo de episodios cardiovasculares como un ataque al corazón hasta en un 10 por ciento. Según nuestros hallazgos, si alguien tiene la posibilidad de dormir una siesta durante el día, también puede tener beneficios para la presión arterial alta. La siesta se puede adoptar fácilmente y por lo general no cuesta nada”, explicaba Kallistratos quien, junto a otros profesionales, llegó a estas conclusiones tras analizar los datos obtenidos en 212 personas.
Siete beneficios más a tener en cuenta
Además de reducir la tensión arterial y prevenir cardiopatías, la siesta puede presumir de tener todavía más bondades. Según publica la Fundación Española del Corazón, la ciencia ha demostrado que proporciona beneficios físicos y mentales como son:
–Facilita el aprendizaje. La Universidad de Berkeley (California) hacía público un estudio en el que se aseguraba que quienes duermen la siesta rinden más durante la tarde y aumenta en un 10% su capacidad de adquirir nuevos conocimientos.
–Aumenta la concentración. Tal y como asegura la FEC “existen numerosos estudios que demuestran que la siesta (incluso de seis minutos) contribuye a mejorar cualquier tarea que suponga recordar listas de palabras o de objetos”.
–Estimula la creatividad. Neurólogos de la Universidad de Georgetown (Washington D.C.) han comprobado que la siesta estimula la actividad del hemisferio derecho de nuestro cerebro, asociado con la creatividad.
–Favorece la resolución de problemas. Robert Stickgold, profesor de Psiquiatría de la Harvard Medical School (Boston), descubrió que cuando los individuos alcanzan la fase REM del sueño, tienen mayor facilidad e invierten menos tiempo a la hora de interconectar ideas.
–Fomenta la positividad. Hablando de la fase REM, otro estudio de Berkeley ratifica que los sujetos que pasan por esta fase de gran actividad cerebral en la que soñamos, aumentan su receptividad ante una expresión facial de felicidad. En caso contrario, se traduce en más ira y más miedo.
–Mejora los reflejos. “Un estudio de la NASA a 747 pilotos demostró que aquellos que dormían una siesta diaria de 26 minutos cometían un 34% menos errores en el trabajo y duplicaban sus niveles de alerta” revela la Fundación Española del Corazón.
–Mejora el estado de ánimo. El hecho de dormir plácidamente inunda nuestro cerebro de serotonina (comúnmente conocida como la hormona de la felicidad), lo que nos proporciona una agradable sensación de bienestar.
Dicho esto, ¿quién se anima a pedir una horita en el trabajo o en los centros de estudio para dormir un ratito la siesta? ¡Está claro que necesitamos recuperar el sueño perdido! reseña mujerhoy