Razones que impiden concentrarse en las actividades durante el confinamiento y cómo mejorar

Durante muchos meses las personas que han estado en confinamiento han visto como los niveles de concentración y de atención se han visto afectados. Los niveles de estrés y ansiedad se han visto elevados durante los últimos meses, así lo reseña DPA.

Esto no solo es un problema de salud pública, sino que es una de las causas por las que muchas personas han tenido problemas de concentración, afectando así su desempeño laboral.

En parte se debe a que, tal y como indican algunos estudios, el estrés interrumpe la forma en la que se utiliza la memoria. Pero no es lo único que ocurre, sino que cuando se tiene altos niveles de ansiedad, aparece cierta tendencia a enfocar la atención en los eventos negativos que ocurren.

Esta focalización de la atención en situaciones concretas provoca que no se puedan centrar en otra cosas, dificultando la concentración. Pero, para seguir sumando, el estrés y la ansiedad han sido relacionados por varios estudios con problemas en la memoria de trabajo.

El papel del cerebro

Es que es importante entender cómo afectan las emociones al cerebro. Un estudio publicado en «L’Atelier du Centre de recherches historiques», encuentra que las emociones, especialmente las negativas, activan algunas estructuras bajo el córtex cervical. Concretamente, la amígdala.

Esta zona del cerebro está relacionada con el procesamiento de las emociones. De hecho, según indica este estudio, se activa muy rápido cuando se está en una situación de potencial amenaza y el Covid-19 lo ha sido y es. O, al menos, se ha percibido como tal. Esto hará que se focalice toda la atención en la manera de escapar de la potencial amenaza, aunque queramos centrarla en otras cosas.

No es de extrañar que estos días se tengan problemas de concentración. Además, muchos estan durmiendo peor y teniendo pesadillas. El cansancio se suma a lo anterior para dificultar todavía más la concentración.

¿Cómo mejorar?

Practicar actividades que relajen. Hay algunas actividades repetitivas y mecánicas que pueden ayudar a mejorar la concentración y a la relajación. Actividades como hacer puzzles, bordar, tejer, escribir, hacer sudokus, colorear, entre otras, pueden ayudar a focalizar la atención y centrarse en algo, precisamente por ser rutinarias, repetitivas y sencillas. Son excelentes para trabajar la memoria y la concentración.

Mantener una rutina. Tanto para aliviar los niveles de estrés y ansiedad, como para mejorar la concentración, es muy importante que se tenga cierta rutina en el día. Mantener horarios estables, comer en horarios similares, irse a dormir y despertar en las mismas horas es de gran ayuda. Pero, además, llevar una buena organización y planificación del día hará que se quite cierto trabajo a las personas y tener más atención disponible para el trabajo.

Crear un ambiente cómodo. Un espacio donde no existan otras distracciones ayudará mucho a prestar atención a lo que se necesita. Para cada persona ese ambiente será diferente. A algunas les va bien el ruido blanco, otras necesitan escuchar sonidos como de oficina o silencio absoluto. Igualmente, prestar atención a la temperatura para no tener frío ni calor, y un buen control de la luz ambiental, son aspectos importantes.

Realizar primero tareas pequeñas. El mundo se encuentra en una situación completamente nueva, excepcional, impredecible e imposible de comparar con nada. Por lo tanto, exigir mantenerse exactamente igual que en una situación normal es mucho pedir. Y exigirse como personas también. Es el momento de ser benevolentes y hacer las cosas más sencillas. Por ello, se debe buscar cuáles son las tareas pendientes que resultan más fáciles y empezar por ellas. Luego, se puede seguir avanzando. DPA