El paciente suele experimentar una sensación de extrañeza hacia la extremidad afectada, la cual puede sentir como si no le perteneciera
por INFOBAE
El síndrome de la mano alienígena o síndrome de la mano ajena (SMA) es un raro trastorno neurológico raro que se caracteriza por la aparición de movimientos involuntarios, incontrolables y sin un propósito claro en una de las extremidades superiores del paciente. Una de las formas más comunes que tienen los pacientes para describir esta enfermedad es como si su mano fuera movida por otra persona.
Estos movimientos suelen presentarse de forma espontánea y, en muchas ocasiones, entran en conflicto con las acciones voluntarias del otro brazo. Por ejemplo, es posible que una mano intente abotonar una camisa mientras la otra la desabotona, generando una verdadera rivalidad entre ambos miembros.
El miembro afectado se comporta como si estuviera desinhibido, reaccionando exageradamente a estímulos del entorno. Según explican los profesionales del Instituto de Rehabilitación Neurológica (IRENEA), esto da lugar a lo que se conoce como conductas de utilización, en las que el paciente interactúa de forma inapropiada con objetos cercanos. Así, puede abrir puertas o pelar una fruta sin intención consciente de hacerlo, como si la mano tuviera voluntad propia.
Aunque los movimientos pueden parecer dirigidos e intencionales, realmente carecen de finalidad real. El paciente suele experimentar una sensación de extrañeza hacia la extremidad afectada, la cual puede sentir como si no le perteneciera, especialmente cuando la ve moverse sin guía visual. En algunos casos, incluso puede negar que esa mano sea suya.
A pesar de esto, los movimientos anómalos pueden ser controlados en ciertos momentos por la voluntad del paciente, aunque dicho control suele ser intermitente. La frecuencia e intensidad de los síntomas aumentan en situaciones de cansancio o ansiedad.
El síndrome de la mano ajena suele aparecer como manifestación secundaria de otras afecciones neurológicas, siendo más frecuente tras accidentes cerebrovasculares de tipo isquémico o hemorrágico. Además, se considera un síndrome de desconexión interhemisférica, provocado por lesiones en regiones como el área motora suplementaria, el cuerpo calloso, el córtex frontomedial o el tálamo.

Subtipos del síndrome de la mano ajena
A pesar de su diversidad clínica, IRENEA distingue tres formas principales de este síndrome:
- Forma frontal: es la más común y suele afectar a la mano dominante. Se caracteriza por reflejos primitivos como el grasping (agarre compulsivo de objetos), groping (manipulación repetitiva), conductas de utilización exageradas y la necesidad de restringir la mano afectada con la otra. Esta variante está asociada a lesiones en áreas frontales del cerebro como el área motora suplementaria, el giro cingular, el córtex prefrontal y el cuerpo calloso anterior.
- Forma callosa: se manifiesta con conflicto intermanual, donde una mano actúa en contra de la otra. Este subtipo está relacionado con daños en el cuerpo calloso, la estructura que conecta ambos hemisferios cerebrales.
- Forma posterior: es la menos frecuente y está vinculada a lesiones en zonas corticales y subcorticales posteriores. Se puede acompañar de síntomas sensoriales como hemianestesia izquierda (pérdida de sensibilidad), hemianopsia homónima izquierda (pérdida de visión del mismo lado en ambos ojos) y heminegligencia (falta de atención al lado izquierdo del cuerpo y del entorno).
Cómo se trata este síndrome
Aunque el SMA no tiene cura, los pacientes pueden acogerse a programas de rehabilitación enfocados en reducir la interferencia que los movimientos involuntarios provocan en las actividades cotidianas. Estas terapias buscan restablecer en la medida de lo posible el control motor y mejorar la calidad de vida del paciente.