La psicosis es una enfermedad mental grave que afecta a aproximadamente el 3 por ciento de la población, lo que supone unos 1.400.000 españoles, según han explicado este miércoles durante la presentación del Libro Blanco de la intervención temprana en psicosis en España, que denuncia que solo el 32 por ciento de la población puede acceder a un programa de intervención temprana.
La incidencia de la psicosis es mayor en las personas más jóvenes, según han señalado, debuta en la mayoría antes de los 35 años, viéndose más afectados los hombres (68%) que las mujeres (51%). Pese a no constituir una de las principales causas de morbilidad hospitalaria en términos generales, en la franja de edad entre los 15 y los 34 años, los trastornos mentales representan la octava causa más frecuente; entre los 15 y 24 años, son responsables del 6% de las altas.
“Para mejorar el pronóstico de las psicosis es fundamental, como en cualquier otra enfermedad médica, la detección y el tratamiento temprano. Es una evidencia que los tratamientos precoces, intensivos, específicos y multiprofesionales mejoran el pronóstico de la enfermedad y la calidad de vida de los pacientes y de sus familias”, ha señalado el doctor Benedicto Crespo-Facorro, miembro del Programa Asistencial para las Fases Iniciales de Psicosis (PAFIP) del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, coordinador del programa de esquizofrenia de CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) y coordinador del Libro Blanco.
El documento presentado con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que tendrá lugar el próximo día 10 de octubre, es el primero en España que permite conocer, caracterizar y difundir los programas de intervención temprana en psicosis que se están llevando a cabo en España, analizados tanto a nivel cuantitativo como cualitativo.
La iniciativa está impulsada por el Movimiento REthinking (un proyecto multidisciplinar que tiene por objetivo replantear y mejorar el abordaje de la esquizofrenia/psicosis) en colaboración con la Alianza Otsuka-Lundbeck, y ha contado con la participación de 47 expertos en la materia y representantes de las principales sociedades científicas y asociaciones de pacientes, como la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (AEPNyA), la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) o la Confederación de Salud Mental España, entre otras.
SITUACIÓN DE LOS PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN TEMPRANA
En España sólo hay 22 programas que cumplen unos requisitos mínimos y que permiten dar cobertura a un tercio de la población, según los datos del Libro Blanco. Además, existe una elevada heterogeneidad en el grado de implementación en las distintas comunidades autónomas, siendo Cataluña, Navarra y Cantabria las únicas que dan cobertura al 100% de la población.
Esta diferencia se explica porque, “aunque en España se han redactado diversos documentos marco que mencionan la necesidad de incorporar programas de atención temprana para los trastornos mentales graves”, no existe ningún programa de ámbito nacional que guíe las actuaciones de las comunidades autónomas en psicosis.
Además, revela que la mayoría de los programas carecen de instalaciones específicas propias, por lo que utilizan los recursos disponibles en la red de salud mental. Concretamente, el 55 por ciento de los 22 programas que cumplen los requisitos mínimos se encuentran localizados en centros hospitalarios, el 32% en centros de salud mental y sólo un 14% tiene centros exclusivos.
“La implementación de este tipo de programas ha de ser una de las prioridades estratégicas en los planes de salud mental y es necesario hacerlo de forma coordinada en todo el país”, señala el doctor Celso Arango, jefe de grupo de CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón donde es jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente, y coordinador del Libro Blanco.
Según el Libro Blanco de la intervención temprana en psicosis, únicamente tres comunidades autónomas – Cataluña, País Vasco y Navarra-, han priorizado y dedicado presupuesto desde la Administración a estas iniciativas. Se trata de muy pocas iniciativas teniendo en cuenta que la implementación de estos programas provoca una reducción en el coste clínico, emocional y económico que, según el doctor Crespo-Facorr, es “llamativa”. “Debemos promover una psiquiatría preventiva”, ha añadido.
El informe también recoge las demandas reales de los pacientes en la implementación de estos programas. Éstos consideran fundamental tomar parte de las decisiones terapéuticas (91,7%), seguido de ofrecer un tratamiento enfocado al bienestar emocional (83,3%) y el tratamiento psicoterapéutico en fases iniciales (75%).
“Tener en cuenta las necesidades de las personas con psicosis y sus familiares es fundamental para el desarrollo óptimo de los programas. Un tratamiento integral y precoz diseñado con la implicación de la persona afectada y su entorno más cercano favorece una mayor adherencia al tratamiento y repercute en una mejor calidad de vida”, ha afirmado Bibiana Serrano Marín, gerente de la Asociación Salud y Ayuda Mutua (ASAM) de Madrid, entidad participante del Libro Blanco.