Liz O’Riordan es una médica cirujana que vive en Bury St. Edmunds, al noreste de Londres. Allí luego de estudiar varios años para poder tratar a personas con cáncer de mama sufrió de un hecho inesperado.
Luego de que le salieran unos bultos en distintas zonas del cuerpo, decidió ir a realizarce unos chequeos médicos y los resultaron le diagnosticaron que tenía cáncer.
“Como muchas mujeres, no me revisé los senos. Pensé, ‘a mí no me va a suceder, soy una cirujana de cáncer de mama’”, expresó ella en una entrevista a la BBC.
Para poder combatir la enfermedad ella debíó realizarse una mastectomía. Uno de sus hombros quedo movimiento limitado, lo que la llevó a tener que de dejar de operar.
La profesión por la que había estado estudiando durante 20 años para poder ejercer, tan solo pudo realizarla por dos años.
Por su experiencia con los pacientes que padecían cáncer ella pudo identificar desde el principió que tenía la enfermedad, situación que le generó una depresión porque sabía que podría vivir unos pocos años.
“La mayoría de los pacientes reciben la información a cuentagotas. Yo vi mi escaneo y supe que necesitaría una mastectomía, supe que probablemente necesitaría quimioterapia porque era joven y me aventuré a pronosticar mis probabilidades de estar viva en 10 años, todo en un instante”, contó la doctora.
Ella además agregó sobre sus sensaciones luego de conocerla noticia de su enfermedad: “Sé cómo decirle a alguien que tiene cáncer de mama. No sabía lo que significaba secarme las lágrimas, salir de la clínica, atravesar la sala de espera, pasar por el corredor del hospital para salir al estacionamiento y empezar a gritar”.
Luego de charlar con su esposo decidió comunicar sobre su enfermedad a sus 1.500 seguidores de su cuenta de Twitter, quienes admiraban sus consejos para triatlones y profesión.
Inmediatamente comenzó a tener mensajes de aliento de por la red social. La cirujana expresó que “Fueron las pacientes las que me enseñaron a lidiar con la situación”.
Luego de sobre pasar la primera parte del tratamiento pudo rehabilitar su mano y volver su profeción como cirujana en el hospital, reseña salud360