En las vacaciones y con ella las actividades al aire libre, por lo que hay que extremar los cuidados para evitar quemaduras, envejecimiento prematuro y cáncer de piel, entre otros males.
El sol tiene muchas bondades pero también emite radiaciones no tan beneficiosas para la salud. El 50% de la luz solar que alcanza la tierra es radiación infrarroja y de ésta, el 40% es visible mientras que el 10% restante es radiación ultravioleta.
A su vez, la ultravioleta tiene tres categorías: la radiación ultravioleta C (UVC), que es filtrada por la capa de ozono y no alcanza la superficie terrestre; la radiación ultravioleta B (UVB) en el 2%, y la radiación ultravioleta A (UVA) en el 8% -es probable que haya visto estas siglas en su filtro solar sin saber exactamente a qué se referían.
“Cuando las personas se exponen al sol sin la protección correcta pueden padecer de fotoenvejecimiento prematuro de la piel (photo viene del griego “luz”). Esta condición, diferente al envejecimiento cronológico –que es natural e inevitable- se da también en fumadores y personas que usan el teléfono celular en exceso” explicó la doctora Cristina Premerl, especialista en medicina fotónica.
El tan anhelado bronceado es en realidad una quemadura leve, es decir, una lesión a nivel celular y genético que conducirá a un envejecimiento prematuro de la piel. “Por eso es tan importante aplicar protector solar, más aún en las pieles sensibles como las de los niños y las personas mayores”, apunta Premerl e insiste en que debe inculcarse el hábito de usar protector solar desde temprana edad, igual que se hace con el cepillado de los dientes.
NO SE OLVIDE DE ESE LUGAR
Al aplicarse el protector es frecuente pasar por alto ciertas zonas como los pies, detrás de las rodillas, el cuello, las orejas o el dorso de las manos.
Lo ideal es aplicar protector solar media hora a una hora antes de exponerse al sol y usar una fórmula resistente al agua si se va a la playa o a la piscina; y reaplicarlo cada dos horas.
“Hay protectores específicos para cada tipo de piel: si es muy seca lo mejor es usar una crema pero si es grasa o con tendencia al acné es preferible que sea en gel. Para los niños los más prácticos son los protectores en spray, que se aplican rápida y fácilmente y no molestan” afirmó Premerl.
Y si bien suele relacionarse el protector solar con la playa o la piscina, lo cierto es que debe emplearse para realizar cualquier actividad al aire libre, en cuyo caso debe aplicarse en las áreas del cuerpo que estén al descubierto, como cara, cuello, brazos y piernas.
La especialista recuerda que el mero uso del protector no es suficiente: “lo más indicado es usar lentes y camisetas con filtro solar así como gorras o sombreros. Además es muy importante mantenerse hidratado bebiendo regularmente agua o jugos naturales”. reseña atusaludenlínea