El elixir de la eterna juventud todavía no se ha inventado.
Eran gloriosos los años de veinteañero en los que podías excederte con la comida, saltarte el gimnasio cuando querías y salir de fiesta todos los fines de semana sin que eso pasara factura a en esa carita guapa de niño afeitado.
Con treinta ya no corremos tanta suerte y se va haciendo cada vez más necesario cuidarse si no queremos que la caja registradora de la vida nos cobre con nuestra salud y con un tremendo y catastrófico cambio físico. Y aunque ya tenemos bastante con privarnos de ciertos caprichos, eso no nos hace estar exentos de que el paso del tiempo se refleje en nuestro aspecto. Hay quiénes optan por cirugías estéticas, por utilizar cremas anti-age, tintes para las canas y todo tipo de remedios infalibles para no tener que mirarse al espejo y asumir que la juventud ya se marchó. En cualquier caso, antes de tener que recurrir al bisturí, hay ciertas cosas que puedes cambiar de tu vida y que retrasarán sin duda alguna, el envejecimiento prematuro; hábitos adquiridos con los años que nos están quitando años de vida (al menos estéticamente hablando) Te hacemos un repaso por los 7 principales:
No dormir lo suficiente
Estar expuesto a la luz del sol o a la contaminación son cosas inevitables en el día a día aunque sepamos que están haciendo daño a nuestra piel. Afortunadamente, el organismo tiene un sistema de regeneración que actúa por la noche mientras dormimos para paliar los posibles daños que ha sufrido durante el día. Recortar horas de sueño solo hará que reducir el trabajo incesante que lleva a cabo nuestro cuerpo.
Así, lo recomendado es no pasar menos de 8 horas en la cama y, aunque al principio te resulte una tarea complicada, márcatelo como rutina y terminarás acostumbrándote.
No utilizar cremas solares
El sol es uno de los elementos externos que más favorecen el envejecimiento prematuro de la piel y, de hecho, lo primero que recomiendan los dermatólogos para evitarlo es utilizar todos los días del año una crema con protección solar. Los rayos UV penetran en la piel de manera agresiva haciendo que nuestro colágeno y elastina, engargados de mantener el rostro terso y suave acabe por no hacer sus efectos.
Por tanto, por mucho que cueste, procura evitar las exposiciones al sol y si no te queda otro remedio, utiliza siempre previamente una buena crema solar, hoy en día existen muchas que ni siquiera dejan sensación grasa.
Consumir alimentos muy azucarados y grasos
Esto se debe a que aumentar los niveles de azúcar en sangre puede llevarte, en casos extremos, a que en tu cuerpo se produzca una reacción conocida como glicación, es decir, que las moléculas de azúcar sanguíneo se unan al colágeno o a los principales componentes de la piel haciendo que se vuelva más dura e inflexible y favoreciendo la aparición de arrugas prematuras.
Fumar
Si eres un fumador habitual debes saber que seguramente tu cuerpo está envejeciendo antes de tiempo. El tabaco está repleto de productos químicos que dañan sin duda el colágeno y la elastina y que, además, disminuyen la entrega de oxígeno y nutrientes que llegan a las células de la piel con cada calada.
Otra historia son los dientes que, evidentemente, van perdiendo su tono original y en ocasiones su forma.
No beber agua
Mantenerse hidratado es una cuestión fundamental para tener una apariencia más joven. Si estás deshidratado, tu cuerpo extraerá agua de sus «reservas» (una de ellas la piel) para poder mantener unos niveles de humedad adecuados en sangre. Esto te dejará una sensación de sequedad en la piel que realmente favorece la aparición de arrugas y hace que la tez se vea más apagada, más fea.
Estar siempre estresado
Situaciones de estrés prolongadas en el tiempo nos están acortando la vida. Esto ocurre porque está científicamente demostrado que mantener un nivel elevado de estrés de manera constante hace que una parte de nuestros cromosomas, llamados telómeros, se vayan acortando progresivamente. Este proceso es el que realiza nuestro cuerpo de manera natural a medida que envejecemos, por tanto, vivir estresados solo hace que favorecerlo.
Beber demasiado alcohol
Beber con moderación no supone un problema visible en lo que al envejecimiento prematuro se refiere pero, si abusamos del consumo de alcohol, estamos reduciendo poco a poco los niveles antioxidantes de nuestra piel, lo que favorece la aparición de arrugas y hace que nos veamos con un aspecto más apagado. reseña men’s health