“Corta la digestión o puede darte un fuerte cólico”… Esas son las principales razones por las que la mayoría de las madres no permite a sus hijos meterse a nadar luego de comer, por lo que deben esperar de 1 a 2 horas. ¿Qué tan cierto es esto?
¿Afecta la digestión?
Cuando ingerimos una comida completa, el cuerpo inicia un proceso digestivo en el que gran parte de la sangre circula hacia el estómago, sin embargo, entrar al mar o a la piscina después de esto no generará ningún problema, al menos de que inicies una actividad física.
La nutricionista Ana María Sirtori, explica que el problema no es el agua, sino el ejercicio que puede realizarse dentro de ella, como nadar, por ejemplo. Esta actividad hace que la sangre en el sistema digestivo se desvíe hacia los músculos, lo que puede causar un trastorno digestivo o vómito.
El médico internista Ernesto Caballero, asegura que el hecho de entrar al agua después de comer no alterará ni detendrá la digestión.
Otra razón por la que se desmiente esta creencia, es que el proceso de digestión toma mucho más de 1 hora, pudiendo alcanzar las 4 horas, por lo que aunque ingreses al agua 1 hora después, la digestión continuará.
Calambres
Otra de las razones comunes por la que se le recomienda a los niños no bañarse en la piscina tras haber comido, es que esto puede provocarles un calambre que los dejará sin capacidad de reacción, por lo que podrían morir ahogados.
Sin embargo, Darren Morton, científico dedicado al área de deporte, ha investigado sobre el tema. Morton explica que este calambre está relacionado a la hinchazón del estómago generado por consumir comidas durante el ejercicio.
Esta inflamación presiona el área externa de la pared abdominal, donde se encuentra el peritoneo parietal, una zona lo bastante sensible que termina por causar un dolor que puede resultar en un calambre.
Ahora bien, Morton explica que este calambre puede ocurrir en el agua, pero no está relacionado a haber o no comido antes, en cambio, el no saber nadar, no haber escaleras de metal en la piscina y la falta de supervisión, son las principales causas de este calambre.
El verdadero peligro
El doctor Gonzalo Guerra, especialista en el área digestiva, explica que tras el falso mito de que el agua “corta” la digestión, está el verdadero peligro: el shock periférico.
El shock periférico se debe a un contraste de temperatura cuando la persona ingresa abruptamente a aguas con temperaturas muy bajas, haciendo que la circulación disminuya al igual que los latidos del corazón.
Esta reducción de la circulación provoca que no llegue suficiente sangre al cerebro, y por ende no se oxigene lo suficiente, llegando al punto de tener un síncope, que es la pérdida repentina de la consciencia, que en una situación como la de estar en una piscina profunda o en el mar, puede ser grave.
Para evitar esto, el doctor Guerra recomienda adentrarse poco a poco al agua cuando está muy fría, de esta manera el cuerpo se ira adaptando a la baja temperatura y no habrá riesgo de síncope. reseña Venezuelaaldía