El consumo excesivo de sal y azúcar conducen a la muerte

Una de cada cinco muertes en el mundo en 2017 estuvo relacionada con una mala alimentación, ya fuera por un consumo excesivo de sal, azúcar o carne y por carencias en cereales integrales y frutas, según un estudio divulgado.

La casi totalidad de estos 11 millones de muertes fueron provocadas por enfermedades cardiovasculares y el resto por cáncer o diabetes de tipo 2, asociada a menudo con la obesidad y los modos de vida (sedentarismo, alimentación desequilibrada), según el estudio divulgado en The Lancet.

Este estudio se inscribe en la línea de otros dos informes, que subrayaban el vínculo entre alimentación, medioambiente y cambio climático.

«Estos tres fenómenos interactúan: el sistema alimentario no es solo responsable de las pandemias de obesidad y desnutrición, sino que además genera entre 25 y 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero», aseguran los especialistas, que apuntan en particular a la ganadería.

Para alimentar de manera sana a los 10.000 millones de seres humanos con los que la Tierra contará en 2050 y proteger a la vez el medioambiente, uno de estos estudios ya preconizaba dividir por dos el consumo mundial de carne roja y de azúcar, así como doblar el de fruta, verdura y nueces, según AFP.

Por otro lado, lograr el objetivo recomendado de «comer cinco frutas y verduras diarias» representaría solo el 2% de los ingresos de los hogares en los países ricos, pero más de la mitad en los países más pobres.

El estudio publicado sobre 195 países, estima que más de la mitad de las muertes en 2017 estuvieron causadas por carencias de nueces, granos integrales, leche y cereales integrales. En cambio, las bebidas azucaradas, la carne transformada y la sal son demasiado consumidas.

Los autores admiten, que el vínculo entre alimentación y muerte no puede establecerse con tanta certidumbre como con otros factores de riesgo, como el tabaco.

AFP