Descubren vínculo entre el sueño y el Alzheimer

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Un estudio realizado por investigadores chinos encontró que las personas que se van a la cama alrededor de las 10:00 de la noche y duermen entre seis y siete horas cada noche, tienen un riesgo menor de desarrollar el mal de Alzheimer.

Los científicos chinos creen que la proteína beta-amiloide juega un papel relevante en el desarrollo de la afección.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa crónica que ocasiona una demencia progresiva. Los científicos creen que la proteína beta-amiloide juega un papel relevante en el desarrollo de la afección.

La proteína tiende a unirse y formar placas, que se pueden acumular y adherir a las neuronas si el cerebro pierde la capacidad de equilibrar su producción y eliminación. Las neuronas afectadas dejan entonces de funcionar o recibir señales de otras células cerebrales, y mueren como resultado.

El nuevo estudio, realizado por investigadores de la Universidad Fudan y la Universidad de Qingdao, incluyó a 736 participantes chinos con edades comprendidas entre los 40 y los 88 años. Los investigadores midieron el nivel de beta-amiloide en el líquido cefalorraquídeo de los participantes y los interrogaron sobre sus hábitos de sueño.

En un artículo publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia, los expertos dijeron que encontraron una relación en forma de U entre los hábitos de sueño nocturno y el nivel de deposición de la beta-amiloide en el líquido cefalorraquídeo.

Los resultados mostraron que las personas que duermen menos de cuatro horas o más de diez horas por la noche tienen niveles más altos de deposición de la beta-amiloide, mientras que aquellas que se acuestan alrededor de las 22:00 y duermen entre seis y siete horas tienen el nivel más bajo de deposición de la proteína.

Los científicos también encontraron que las mujeres que participaron en el experimento y reportaron una mayor somnolencia en horas del día tenían niveles más altos de deposición de la beta-amiloide.

Los investigadores dijeron que su estudio proporciona nuevas evidencias de la estrecha relación entre el sueño y el mal de Alzheimer.