Los primeros auxilios son las medidas iniciales que se deben lleva a cabo en una situación. En el caso de las quemaduras sirven para evitar las cicatrices.
Por norma general, los primeros auxilios son un concepto médico que se refiere a las pautas que se llevan a cabo para socorrer a alguien. De esta manera, se aplican o se solicitan en una situación de emergencia o que ponen en riesgo a un sujeto. Por ejemplo, en caso de accidente o si el paciente ha desarrollado un trastorno de manera espontánea.
Asimismo, las medidas se suelen realizar en el mismo lugar y pueden llegar a salvar la vida de la persona en peligro. También preceden a métodos más complejos que el equipo médico lleva a cabo en un centro especializado como un hospital.
¿Qué son las quemaduras?
Actualmente, las quemaduras son lesiones frecuentes tanto en el hogar como en el ámbito laboral. Según sus características varían entre lesiones o heridas menores y que pongan en riesgo la vida del paciente.
Por otra parte, se trata de una alteración en la piel que puede ser producida por diversos agentes peligrosos. Por ejemplo, entre ellos podemos incluir temperaturas extremas (tanto calor como frío). Además, la exposición continuada a la radiación del Sol, el contacto con productos químicos o a corrientes eléctricas también puede producir quemaduras.
Nuestra piel es una capa que protege nuestro cuerpo del medio externo. Sin embargo, al sobrepasar sus límites, aparecen distintos tipos de lesiones en función de la situación del sujeto.
¿Cuáles son los tipos de quemaduras?
De acuerdo a la localización y a la profundidad que presenten las quemaduras podemos diferenciar entre distintas clases de quemaduras. De esta manera podemos encontrar:
Quemaduras de primer grado
La piel se enrojece en la zona expuesta al agente problemático. Además, la herida solo afecta a la capa más externa de la piel, es decir, la epidermis. Por norma general el dolor es suave y un ejemplo es una quemadura solar clásica en verano. No se desarrollan ampollas en el área pero puede aparecer una leve hinchazón en el área. Generalmente el paciente no presentará cicatrices ni secuelas a largo plazo.
Quemaduras de segundo grado
En este caso la alteración afecta tanto a la epidermis como a la dermis, una capa más profunda de la piel. También la coloración cambia, puede aparecer con tonalidades rojizas, blanquecinas o con manchas. El dolor puede llegar a ser intenso y se desarrolla normalmente una inflamación en el tejido quemado.
Normalmente se desarrollan una serie de ampollas sobre la herida. Se trata de un mecanismo de defensa natural de nuestro cuerpo. De esta manera, las ampollas protegen a nuestro cuerpo de infecciones y el líquido en su interior ayuda a cicatrizar y regenerar el tejido dañado. Si la quemadura es grave es posible que el sujeto presente cicatrices el resto de su vida.
Quemaduras de tercer grado
Finalmente, este es el tipo de quemadura más grave posible. Puede aparecer el tejido con una coloración blanquecina o negra. Esto se debe a que los daños se extienden hasta las capas más profundas de la piel.
Alcanza incluso la hipodermis o tejido subcutáneo, constituido principalmente por grasa. Como las terminaciones nerviosas también se destruyen el paciente no siente ninguna molestia. Asimismo, la herida tiene una apariencia curtida y existe entumecimiento en la zona.
¿Cuáles son los primeros auxilios a aplicar en caso de quemadura?
En cualquier caso, el equipo médico deberá considerar tanto el grado como la extensión y localización de la quemadura para tratarla correctamente en el hospital. Sin embargo, es posible realizar primeros auxilios para calmar al sujeto en caso de accidente. De esta manera, deberemos:
- Terminar con la causa del accidente o alejar al paciente de ella. Por ejemplo, de una fuente de calor, corrientes eléctricas, etc.
- Comprobar que el paciente respira y prestar atención a signos de shock e identificar otras posibles lesiones más graves.
- Aplicar agua fría sobre la zona quemada durante unos minutos para descender la temperatura de la herida. Previamente, se deberá desprender al paciente de la ropa cercana al área problemática.
- Colocar suavemente gasas húmedas sobre la quemadura.
- Extender cremas hidratantes o aloe vera.
En ningún caso, deberemos:
- Arrancar las prendas de ropa pegadas a la piel del paciente.
- Administrarle medicamentos, alcohol, etc.
- Reventar las ampollas de la herida.
- Enfriar durante demasiado tiempo la zona de la quemadura porque puede producir hipotermia en el paciente. reseña MejorconSalud