¿Cuáles son las adicciones sexuales más comunes y cómo tratarlas?

Hoy en día, la sexualidad sigue siendo un tema tabú en la sociedad moderna. Es necesario alejarse de los paradigmas, estigmas y mitos para abordar este aspecto fundamental de los seres humanos.

Además, existen una variedad de adicciones sexuales que son producto de la inadecuada adaptación sobre el deseo, las cuales originan conductas desproporcionadas que buscan satisfacción a toda costa. De acuerdo a los especialistas, estas afecciones pueden desencadenar vergüenza, dificultad para establecer vínculos afectivos y conexión sexual.

Al no establecer los límites adecuados, las personas optan por desarrollar comportamientos arriesgados, omitiendo por completo los riesgos. En este sentido, dicha conducta puede afectar diversos ámbitos de la vida, tales como: el trabajo, las relaciones familiares y sociales.

Según los especialistas, las adicciones sexuales pueden ser el resultado de varios factores ya sea:

  • Biológicos: Algunas personas pueden tener alterada la función cerebral. Dichos desequilibrios en los neurotransmisores pueden desencadenar conductas erróneas.
  • Psicológicos: Algunas situaciones como traumas, trastornos de ansiedad o depresión, y otras patologías pueden aumentar los riesgos de padecer adicciones sexuales.
  • Ambientales: El entorno donde crece, se desarrolla y se desenvuelve una persona será crucial en la formación de su cuadro mental. La influencia negativa de amigos o seres cercanos, el abuso de la pornografía y otros, puede ser altamente perjudiciales.

Síntomas de las adicciones sexuales

Los síntomas pueden ser cada vez más visibles, entre estos destacan:

  • Preocupación constante sobre el sexo.
  • Compulsión sexual.
  • Uso excesivo de pornografía.
  • Deterioro de los vínculos familiares, laborales, sociales o académicos.

¿Cómo abordar las adicciones sexuales?

Los tratamientos más comunes suelen incluir:

  • Terapia cognitivo conductual: Se trata de uno de los enfoques terapéuticos más útiles. En las sesiones, las personas pueden obtener habilidades para controlar el impulso sexual, además, de conocer el origen y las causas de ello.
  • Terapia de pareja: Puede ayudar en diferentes situaciones, es ideal para abordar los problemas de comunicación, y fortalecer la confianza y la intimidad.
  • Medicación: Dependiendo de los casos, puede ser necesaria la ingesta de fármacos con el objetivo de reducir la ansiedad, trastornos del estado de ánimo o inclusive la depresión. Sin embargo, suele ser una alternativa complementaria a la terapia conductual.