Las infecciones del tracto urinario se identifican como enfermedades infecciosas de cualquier tramo del aparato urinario humano.
Este sistema de excreción comienza en los riñones y finaliza en la uretra.
El aparato urinario humano está preparado para llevar adelante un proceso de depuración y expulsión en el cuerpo. El riñón filtra la sangre para convertir en orina los desechos de la misma. Esa orina desciende por los uréteres, que son como tubos, hasta la vejiga. Después del almacenamiento en la vejiga, a través de la uretra, la orina sale al exterior.
Si bien la mayoría de las infecciones del tracto urinario se localizan en la parte baja: vejiga y uretra, cualquier sector puede verse afectado. En la parte alta –riñones- los síntomas son más agresivos y las complicaciones más peligrosas.
Así, podemos clasificar las infecciones del tracto urinario según su localización:
- Uretra: si este conducto se infecta se llama uretritis.
- Vejiga: cuando la infección ataca a este órgano se la conoce como cistitis.
- Uréteres: no hay nombre específico de la enfermedad para esta localización.
- Riñones: ya sea un riñón o ambos, recibe el nombre de pielonefritis.
Las mujeres tienen más probabilidad de padecer infección urinaria que los varones. Esto se debe a la anatomía femenina, que tiene una uretra más corta y presenta más cercanía entre los sistemas reproductivo y urinario.
Síntomas de las infecciones del tracto urinario
Para describir qué siente y padece la persona con una infección del tracto urinario, podemos nombrar síntomas generales y síntomas específicos de cada localización. No es lo mismo que la patología se asiente en los riñones que en la uretra.
Como síntomas generales tenemos:
- Ardor al orinar.
- Orina con cambios de color: puede ser por presencia de sangre en la orina.
- Modificaciones en el olor de la orina.
- Necesidad de ir todo el tiempo al baño.
- Dolor en la zona abdominal baja o en la región lumbar.
Si la infección se ubica en los riñones es una pielonefritis; los síntomas añadidos son:
- Dolor lumbar o en los costados del abdomen.
- Fiebre: generalmente con altas temperaturas, superando los treinta y ocho grados centígrados.
- Náuseas y vómitos.
En cambio, si la infección se localiza en la vejiga, como cistitis, se agrega:
- Dolor pélvico.
- Micciones con dificultad y repetitivas.
- Urgencia miccional.
Finalmente, si la infección es una uretritis, el síntoma por excelencia agregado es la secreción. De acuerdo a las características de la misma, se puede sospechar la bacteria que se ha instalado en la uretra.
Causas
Normalmente, el sistema urinario es estéril. Esto quiere decir que no hay presencia de bacterias habitando los riñones ni la vejiga. Se trata de un sistema cerrado que tiene como principal sistema de defensa el flujo de orina.
Cuando ingresan bacterias al sistema y no son expulsadas correctamente, se producen las infecciones del tracto urinario. Mencionamos a las bacterias porque son las más frecuentes, aunque también existen infecciones por hongos.
La bacteria que más infecciones del tracto urinario causa es la Escherichia coli (E. coli). En segundo lugar, pero con bajísima frecuencia, está Proteus mirabilis. Y ya como apéndice, las demás: Enterococcus faecalis, Streptococcus agalactiae, Staphylococcus saprophyticus.
La fuente principal de E. coli es el sistema gastrointestinal. Esta bacteria habita el aparato digestivo humano y convive en esa flora habitual, pero, si se desplaza y se ubica en el aparato urinario, provoca los síntomas de las ITU.
Es por ello que ciertas situaciones hacen más probable la contaminación de la vía urinaria. En las mujeres es su disposición anatómica. También influye la forma de higienizarse y las maneras de practicar relaciones sexuales.
Hay una serie de factores que se consideran de riesgo para padecer infecciones del tracto urinario; podemos destacar:
- Padecer diabetes: está probada científicamente la relación entre esta patología y las infecciones.
- Tener una sonda en la vejiga a razón de otras enfermedades.
- Aumento del tamaño de la próstata en los varones.
- Cálculos en el riñón.
- Estar embarazada.
Tratamiento de las infecciones del tracto urinario
Las infecciones del tracto urinario se diagnostican con exámenes de orina. Es usual que el médico solicite primero un sedimento de orina para detectar los primeros cambios y luego un cultivo de orina para confirmar la bacteria implicada.
Como el cultivo tarda más de cinco días, cuando el sedimento es indicativo de infección se inicia el tratamiento. Una vez recibido el resultado del cultivo, se confirma si el medicamento prescrito fue el correcto o hay que cambiarlo por otro.
El tratamiento se lleva a cabo con antibióticos para destruir a la bacteria que esté infectando la vía urinaria. El médico decidirá cuál es el mejor antibiótico de acuerdo al caso, considerando la edad del paciente, si es mujer o varón, y dónde se localiza la bacteria dentro del tracto urinario.
En cistitis simples, la indicación antibiótica es corta, de unos tres días. Con esa duración suele ser suficiente. En cambio, si la paciente está embarazada, se prefieren tratamiento más largos, al igual que en personas con diabetes, llegando a los siete y hasta catorce días.
Para los varones es obligatorio el tratamiento prolongado ante el riesgo de que la infección se propague y se instale en la próstata. Las prostatitis son peligrosas y de difícil resolución. Para un varón con infección del tracto urinario no se deberían indicar antibióticos por menos de catorce días, inclusive llegando a las cuatro semanas.
Así que recuerda, si tienes síntomas que te hacen sospechar la presencia de una infección urinaria, lo más adecuado es visitar a un profesional para que te soliciten los exámenes de orina correspondientes. Y luego, por supuesto, cumplir con la toma de los antibióticos según horario y la cantidad de días que te indiquen. reseña mejorconsalud