Ya han pasado dos años desde que la pandemia se extendió por el planeta entero, cobrándose millones de vidas a su paso. Desde entonces, las autoridades médicas han luchado para brindar una protección contra el Covid-19 al ser humano, vacunando a gran parte de la población mundial. Ahora, poniendo la vista en el futuro, la pregunta es si de verdad es necesaria una cuarta dosis.
Precisamente, esta pregunta se empieza a plantear en un momento en el que tanto Pfizer como Moderna están pidiendo a la administración estadounidense que dé el visto bueno a una cuarta dosis.
De hecho, el CEO de Pfizer, Albert Bourla, insiste en la necesidad de suministrar una dosis anual a la población, como ocurre en muchos países con la gripe.
Sin embargo, la gran mayoría de expertos no sigue esta línea y discrepa con la farmacéutica, incluidos algunos que trabajan para la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA). Este razonamiento se base en tres principales motivos.
Las vacunas no han cambiado a pesar de que el virus sí lo ha hecho
El principal problema radica en que las vacunas actuales se crearon en base al virus que se secuenció en Wuhan en enero de 2020. No obstante, el virus ha mutado durante estos dos años, por lo que estos medicamentos no están pensados para luchas contra variantes como la Ómicron.
James Hildreth, uno de los doctores que asesora a la FDA, sostiene que es preferible trabajar en una nueva vacuna adaptada a las nuevas variantes que simplemente suministrar una cuarta dosis, tal y como recoge Insider.
De hecho, el problema más grave con el que se encuentran los expertos es que varios estudios demuestran que las inmunizaciones repetidas, en intervalos demasiado cortos, pueden llegar a generar inmunización.
No existen datos que avalen la efectividad de una cuarta vacuna
Por otro lado, las autoridades médicas mundiales todavía no se han encontrado con ningún estudio que demuestre la efectividad de una cuarta vacuna.
Hasta ahora, los datos solo han puesto de manifiesto los beneficios que pueden tener las personas de mayor edad, así como las de alto riesgo.
En este sentido, un estudio realizado por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) revela que la protección contra la muerte y los síntomas graves alcanza el 88% con dos vacunas y el 94% con tres. Por este motivo, los beneficios que puede aportar una cuarte dosis en un organismo joven son ínfimos.
La cuarta dosis no aumenta la protección del sistema inmunológico
Israel, donde ya se ha probado la cuarta dosis en la población joven y sana, se ha dado cuenta de que esta vacuna no generaba un aumento reseñable de los anticuerpos en el organismo.
Un estudio realizado por las autoridades israelís en más de 1.000 personas que había recibido la cuarta dosis justo cuatro meses después de la tercera demostró que los resultados fueron marginales.
Según el análisis, la protección que brindaba esta vacuna adicional no era representativa. Si bien es verdad que los anticuerpos aumentaron, fue en un nivel muy bajo y de forma temporal.
Con información de Eleconomista.es
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