Bryant Lin utilizó su diagnóstico como una herramienta educativa, brindando a los estudiantes una perspectiva única sobre la vida con esta enfermedad
por INFOBAE
Bryant Lin, profesor de Medicina en la Universidad de Stanford, recibió un diagnóstico que cambiaría su vida para siempre: cáncer de pulmón en etapa 4, con metástasis en el cerebro, los huesos y el hígado. Según detalló la BBC, los médicos identificaron 50 lesiones en su cerebro, un número que dejó a Lin en estado de shock. Sin embargo, en lugar de sucumbir al impacto emocional, decidió convertir su experiencia en una herramienta educativa única. Apenas un mes después del diagnóstico, diseñó un curso universitario para compartir su historia como paciente y explorar las dimensiones emocionales y humanas de la medicina.
El curso, titulado “Del diagnóstico al diálogo: la lucha de un médico contra el cáncer en tiempo real”, se convirtió en un espacio de aprendizaje que trascendió las aulas de la Facultad de Medicina de Stanford. Según informó la BBC, la primera sesión atrajo a tantos estudiantes que fue necesario trasladar la clase a un espacio más grande. Aunque inicialmente estaba dirigido a futuros médicos, el curso también captó el interés de alumnos de otras disciplinas, quienes buscaban comprender cómo las emociones y la humanidad son esenciales en la práctica médica.
De profesor a paciente: una perspectiva única

Lin, de 50 años, nunca había fumado, pero su diagnóstico reveló un adenocarcinoma vinculado a una mutación genética conocida como EGFR, más común entre personas de origen asiático. Según publicó la BBC, esta ironía no pasó desapercibida para el médico, quien había dedicado parte de su carrera a investigar la alta incidencia de cáncer de pulmón en no fumadores dentro de la comunidad asiática. “Es extraño y fascinante al mismo tiempo”, comentó Lin, quien ahora se encuentra en el centro de un caso que él mismo podría haber estudiado.
El curso que diseñó no solo abordó los aspectos médicos de su enfermedad, sino que también exploró temas como la salud mental, la espiritualidad, la nutrición y las conversaciones difíciles que surgen en torno al cáncer. En cada sesión, Lin invita a expertos y personas con experiencias relacionadas con los temas tratados. Por ejemplo, su esposa compartió su perspectiva como cuidadora, mientras que líderes espirituales de diversas creencias discutieron el papel de la espiritualidad en el bienestar del paciente.
La humanidad como eje central de la medicina
Según consigna la BBC, Lin explicó que su objetivo principal era transmitir a sus estudiantes que “la humanidad está en el centro de la medicina”. Para él, compartir su experiencia personal era una forma de dejar un legado y de enseñar a los futuros médicos a conectarse con sus pacientes más allá de los diagnósticos y tratamientos.
En la primera clase, Lin leyó una carta que un paciente le había escrito antes de fallecer. “Gracias por cuidarme bien. Me trataste como lo habrías hecho con tu padre”, decía el mensaje. Este momento, aunque emotivo, marcó el tono del curso: una combinación de vulnerabilidad, empatía y optimismo.
Lin también destacó la importancia de las Humanidades Médicas, un campo interdisciplinario que integra literatura, música, escritura creativa y filosofía para enriquecer la práctica médica. Durante la pandemia de 2020, se organizaron conciertos virtuales para mantener la conexión entre médicos y pacientes, una iniciativa que eventualmente llevó a la formación de una orquesta.
Un legado de resiliencia y aprendizaje

A pesar de su diagnóstico terminal, Lin ha logrado estabilizar su condición gracias a un tratamiento que combina quimioterapia y medicamentos orales específicos para su tipo de cáncer. Según informó la BBC, los tumores en su cerebro han desaparecido, aunque el cáncer persiste en otras partes de su cuerpo. Este respiro temporal le ha permitido continuar con su trabajo como investigador, profesor y médico, aunque ahora atiende a sus pacientes de manera virtual.
Lin reflexiona constantemente sobre cómo aprovechar el tiempo que le queda. “¿Vale la pena dedicarle mi tiempo a esto?”, se pregunta al diario, según relató a la BBC. Su optimismo lo lleva a creer que podría estar entre el 10% de pacientes que sobreviven más de cinco años con un diagnóstico similar. Su mayor motivación es ver a su hijo menor graduarse de la secundaria en ese plazo.
Cartas para el futuro
Además de su curso, Lin ha escrito cartas para sus hijos, en las que expresa su amor y gratitud por las oportunidades que han tenido. “La verdad es que, por sobre todas las cosas, quiero estar aquí con ustedes”, dice en uno de los mensajes. Estas cartas, al igual que sus clases, son un testimonio de su deseo de dejar una huella duradera en quienes lo rodean.
Según destacó la BBC, Lin considera que la tristeza y la alegría son partes inevitables de la vida, incluso en medio de una enfermedad terminal. Aunque sabe que no podrá envejecer junto a su esposa, su voluntad está puesta en seguir viviendo el presente y celebrar cada momento con su familia.