Los hongos en la piel son el resultado de infecciones causadas por varios tipos, como los dermatofitos y las levaduras. Estos microorganismos se desarrollan sobre la queratina muerta, una proteína muy delicada que está presente en la dermis, el cabello y las uñas .
Todos los casos se presentan de forma distinta pero, por lo general, incluyen síntomas como la comezón, las manchas, la descamación y, algunas veces, mal olor.
Suelen ser más recurrentes en individuos con un sistema inmunológico débil, aunque también en aquellos que están expuestos a ambientes húmedos y poco ventilados.
Por fortuna, existen varias soluciones caseras que pueden ayudar a combatirlos para que no presenten complicaciones ni se proliferen a otras partes del cuerpo.
A continuación queremos compartir varias recetas para que las pruebes antes de recurrir a costosos tratamientos comerciales.
Aceite de orégano
El aceite esencial de orégano es un producto con propiedades antifúngicas que disminuyen la presencia de hongos y otros tipos de microorganismos.
Proponemos combinarlo con un poco de aceite de oliva para potenciar sus efectos calmantes y darle más hidratación a la piel.
Ingredientes
1 cucharada de aceite de orégano (15 g)
1 cucharadita de aceite de oliva (14 g)
¿Cómo prepararlo?
Combina los dos aceites en un recipiente y usa la cantidad necesaria para tratar el hongo.
Repite su aplicacióndos veces al día, todos los días.
Limón con bicarbonato de sodio
Una pasta de limón con bicarbonato de sodio tiene propiedades antimicóticas que inhiben la proliferación de levaduras y otros tipos de hongos.
Ingredientes
El jugo de 1 limón
1 cucharada de bicarbonato de sodio (10 g)
¿Cómo prepararlo?
Exprime el jugo de limón y mézclalo con una cucharada de bicarbonato de sodio hasta obtener una pasta.
Cuando esté lista, aplícala sobre la piel afectada y déjala actuar durante 5 minutos.
Enjuaga y repite su uso hasta que se cure el hongo.
Tras finalizar cada aplicación usa una crema hidratante para evitar que se reseque la zona.
Úsalo solo en horas de la noche para evitar efectos negativos por la exposición al sol.
Vinagre de manzana
El ácido málico y acético del vinagre de manzana contribuye a regular el pH natural de la piel para alterar el ambiente que requieren las levaduras para crecer.
Si lo mezclamos con unas gotas de aceite esencial de árbol de té obtenemos un tratamiento más completo contra este tipo de infecciones.
Ingredientes
½ taza de vinagre de manzana (125 ml)
5 gotas de aceite esencial de árbol de té
2 litros de agua
¿Cómo prepararlo?
Calienta el agua a una temperatura soportable y agrégale el vinagre de manzana y el aceite de árbol de té.
Utiliza el agua para un baño y sumérgete unos 10 minutos.
Repítelo al menos tres veces a la semana para óptimos resultados.
Yogur natural
Los cultivos vivos que contiene el yogur natural tienen un efecto fungicida que disminuye la presencia de todo tipo de hongos.
Ingredientes
½ taza de yogur natural (125 g)
El jugo de ¼ de limón
¿Cómo prepararlo?
Mezcla el yogur natural con el jugo de limón y frótalo sobre las áreas infectadas.
Déjalo actuar durante 30 minutos y enjuaga.
Ajo
Los ajos son uno de los mejores antimicóticos naturales que podemos utilizar. Sus compuestos azufrados detienen las infecciones y evitan que el hongo se propague por otras áreas de la piel.
Su consumo refuerza el sistema inmunitario y favorece la eliminación de las toxinas que enferman el organismo.
Ingredientes
5 dientes de ajo
1 cucharada de aceite de oliva (14 g)
¿Cómo prepararlo?
Tritura los dientes de ajo con una piedra y mezcla la pasta con un poco de aceite de oliva.
Aplícalo sobre el hongo y déjalo actuar cinco minutos.
Enjuaga y repite su uso todos los días.
Aloe vera
El gel que contiene las hojas de aloe vera es un excelente calmante natural contra las irritaciones y enrojecimientos causados por hongos.
Ingredientes
1 cucharada de gel de aloe vera (15 g)
1 cucharadita de aceite de coco (15 g)
¿Cómo prepararlo?
Mezcla el gel de aloe vera con el aceite de coco hasta conseguir una pasta espesa.
Extiende el producto sobre la piel infectada y déjalo actuar toda la noche.
Aplícalo todos los días.
Sal marina
Unos pequeños toques de sal marina con agua pueden servir para disminuir la irritación, comezón y otras molestias derivadas de la infección fúngica.
Ingredientes
1 cucharada de sal (10 g)
½ vaso de agua (100 ml)
¿Cómo prepararlo?
Disuelve la cucharada de sal en el vaso de agua y aplícate el líquido varias veces al día.
Repite el procedimiento varias veces a la semana para curar la infección micótica.
Elige alguno de los remedios aquí citados y úsalo de forma continua para eliminar el hongo.
En caso de reacciones desfavorables, enjuaga de inmediato y opta por otra alternativa.
Fuente: Mejor con salud