9 alimentos que se consideran saludables y no lo son tanto

Si piensas que te vas a quedar como una sílfide sólo por cambiar lo que has comido siempre por su variedad integral o ‘light’ estás muy equivocado. Estos son los  alimentos  supuestamente saludables con los que tienes que tener  cuidado  si estás tratando de adelgazar:

Como repetimos constantemente, en nutrición no hay verdades absolutas y  todo  es una cuestión de equilibrio, pero es importante distinguir qué alimentos son a todas luces perniciosos si no se consumen con moderación. Nada malo va a ocurrirte si te hartas a comer acelgas (aunque lo más probable es que te aburras tarde o temprano), pero tienes muchas papeletas de pasarlo mal si te pegas atracones de dulces a diario.

  1. Batidos

Los populares ‘smoothies’ pueden ser la mar de saludables, pero todo depende de su contenido. Evidentemente por batir podemos batir cualquier cosa, pero si nos dedicamos a mezclar  leche  con frutas obtendremos una bebida muy calórica, que no es nada recomendable en un dieta de adelgazamiento, sobre todo si lo tomamos como bebida de acompañamiento a otra comida. Ni que decir tiene, claro, que la mayoría de batidos y zumos que se venden en cadenas de ‘fast food’, también en aquellas de aspecto saludable, suelen tener muchísimo azúcar.

  1. Sushi

El tradicional plato japonés es visto en Occidente como una comida la mar de saludable pero lo cierto es que engorda bastante más de lo que creemos. No es que el sushi sea malo, pero no podemos obviar que en su mayor parte está compuesto por arroz blanco, un carbohidrato refinado de los que más engordan. Sí, también tiene proteínas saludables, pero muchas veces son anecdóticas en comparación con el contenido de arroz, que además está aderezado con una mezcla de vinagre, sal y azúcar.
Si estás a dieta y vas a un restaurante japonés apuesta por el ‘shasimi’, el pescado crudo cortado en laminas, sin arroz.

  1. Yogur desnatado

Los yogures desnatados parecen perfectos para hacer dieta, pero sus variedades de sabores tienen bastante más azúcar que un yogur convencional, con prácticamente las mismas calorías. Para poder etiquetar un producto como ‘light’ debe contener al menos un 30% menos de calorías que su homólogo no ‘light’, y para que se pueda etiquetar como bajo en grasas el producto tiene que tener sólo un 3% de grasas. Estas son las directrices, no importa el tipo de nutrientes sobre los que se haga la reducción. Es por esto que algunos alimentos, pese a tener menos calorías poseen, por ejemplo, más azúcar o más grasas que los productos ordinarios. O, pese a tener menos grasa, tienen más calorías, como es el caso de algunos yogures desnatados, que suplen ésta con azúcares.

  1. Chips vegetales

Los chips de plátano, remolacha o batata se han puesto muy de moda en los últimos años como una alternativa saludable a las habituales patatas fritas, pero lo cierto es que tienen prácticamente las mismas calorías y, como todas las frituras, son ricas en grasas saturadas. Pueden ser una buena alternativa a las patatas convencionales si las hacemos caseras pero, de todas formas, deben ser una guarnición testimonial, no el plato principal (y menos aún si las vamos a untar en salsas).

  1. Productos sin gluten

Hasta hace una década sólo sabían lo que era el gluten las personas celiacas, que padecen una intolerancia permanente a estas proteínas contenidas en la harina de diversos cereales como el trigo. Esto es, según la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), el 1% de la población española. Pero de un tiempo a esta parte, los productos sin gluten se han puesto de moda, y los han empezado a consumir muchas personas que no sufren la enfermedad, algo que es un tremendo error si lo que buscas es, precisamente, cuidar tu alimentación.

Al igual que ocurre con muchos productos ‘light’, los alimentos sin gluten son menos saludables que su contraparte con gluten pues, para conseguir que determinados productos sean comestibles sin depender de la proteína, es necesario aumentar su contenido en azúcar y grasa. Y, en cualquier caso, un donuts sin gluten sigue siendo un donuts.

  1. Panes “multicereales”

Los cereales integrales son el tipo de carbohidrato más saludable, pero muchos de las elaboraciones industriales que tratan de venderse como tal están elaboradas en realidad con carbohidratos refinados. Es lo que ocurre con muchos panes “multicereales”, que están elaborados con una gran cantidad de harina convencional y sólo tienen los cereales en la cobertura para hacer bonito. La información nutricional no engaña: busca los productos elaborados por completo con cereales integrales de grano entero.

  1. Repostería casera

Es habitual escuchar que la bollería industrial es lo peor de lo peor (algo bastante cierto, dado su altísimo contenido en azúcares y grasas saturadas), pero parece que esto exime a la repostería casera, como si fuera la mar de saludable. Nadie duda que unas magdalenas echas en casa son algo mejores que las que puedas comprar en el supermercado, pero de sanas no tienen nada: siguen siendo un dulce y, como tal, están repletas de carbohidratos refinados, sobre todo azúcar. Si quieres llevar una alimentación saludable, reserva los dulces sólo para los días de fiesta.

  1. Muesli

El muesli es un preparado de origen suizo que se compone de numerosos cereales como avena, trigo, centeno, cebada, máiz o arroz. Pese a su apariencia saludable no deja de ser un alimento rico en carbohidratos que, además, suele incluir frutas y chocolate, aderezos muy ricos en calorías. Y lo mismo se puede decir de las barritas de cereales, cuya composición es, en los mejores casos, similar.

Un típico muesli tiene en torno a 400 calorías por cada 100 gramos y si además lo tomamos con leche, la cifra sube notablemente. Hay que apuntar, en cualquier caso, que no todos los muesli son iguales, los hay que incluyen frutos secos, frutas y cereales integrales cuyo contenido en azúcar es mucho más bajo.

  1. Bebidas para deportistas

Las bebidas pensadas para la práctica deportiva, como Gatorade, Powerade o Aquarius, tienen un aura de saludables que no se corresponde en nada con la realidad. Tienen casi las mismas calorías que cualquier refresco convencional y sólo un poco menos de azúcares. Están indicadas para deportistas precisamente porque les permite recuperar los nutrientes perdidos durante las competiciones y entrenamientos, pero si estás todo el día bebiendo este tipo de refrescos sentado en tu sillón tienes un problema.

Fuente: El confidencial