Solemos creer que a los adultos les resulta mucho más difícil aprender cosas nuevas que a los niños. Y en cierto modo puede que esto sea cierto, porque la plasticidad del cerebro de los bebés y los niños tiende a perderse a medida que van creciendo.
No obstante, un estudio reciente demuestra que la clave está en el enfoque con el que aprendemos. Si los adultos cambiáramos nuestros hábitos de aprendizaje sumando aspectos del enfoque infantil podríamos alcanzar muchos más logros de los que imaginamos.
Hoy te contamos entonces 5 trucos para poder llevarlos a la práctica en la vida cotidiana y mantener joven tu cerebro por mucho más tiempo. Descúbrelos a continuación.
1. Cree en ti mismo
Puede que esta sea uno de los pasos más difíciles, pero también es uno de los más importantes. En nuestra cultura suelen estar bastante definidas las cosas que un adulto puede hacer y las que no. Los estereotipos, en este sentido, tienden a jugar un papel casi definitorio en nuestras decisiones.
Sin embargo, Rachel Wu, autora del estudio y profesora de la University of California Riverside, afirma que si realmente queremos cambiar el paradigma «debemos ignorar a aquellas personas que no creen en nuestro proceso de transformación».
Además, resulta imprescindible creer en que somos totalmente capaces de lograr todo lo que nos propongamos.
2. Anímate a salir de la zona de confort
Como adultos, tendemos a caer muy fácilmente en la rutina: vamos a la oficina por el mismo camino siempre, nos vemos con las mismas personas, hablamos de lo mismo y tendemos a buscar trabajos que están siempre vinculados con las habilidades que consideramos que son nuestro fuerte.
Lo cierto es que este movernos a diario en esta zona de confort limita las áreas del cerebro que utilizamos en la vida cotidiana. Rachel Wu recomienda modificar estos patrones a los que estamos acostumbrados, ya sea aprendiendo un hobby nuevo que nos resulte desafiante o simplemente cambiando los caminos que tomamos con mayor frecuencia.
Llevando adelante estos cambios, la experta considera que obtendríamos numerosos beneficios cognitivos.
3. Rodéate de las personas indicadas
A diferencia de los bebés y los niños, los adultos solemos tener mucho miedo a equivocarnos y a hacer el ridículo. Este miedo ralentiza la adquisición de nuevos conocimientos y la habilidad para ponerlos en práctica.
En este sentido, puede ser de gran ayuda rodearnos de las personas adecuadas. Tejer, entonces, una red, tanto a nivel laboral como personal, de personas que puedan impulsar nuestro crecimiento será de vital importancia si buscamos mantener joven nuestro cerebro y alcanzar nuevas metas.
4. Encuentra un maestro
No tienes por qué buscar un gurú de ningún tipo. Un maestro bien puede ser un vecino, un amigo o un conocido que sepa sobre el área sobre la que quieres aprender o mejorar.
Encontrar una guía será de gran ayuda, sobre todo si la habilidad que buscas desarrollar te resulta poco familiar. Esta persona o grupo de personas serán la inspiración que precisas para progresar.
5. Aprende más de una cosa a la vez
El tiempo es oro. No intentes aprender una sola cosa a la vez. Rachel Wu afirma que dividir nuestro tiempo y energía en varias tareas o hobbies «estimula nuestro cerebro en diferentes direcciones» (un factor aparentemente positivo para mantenerlo joven y activo).
Por supuesto, no tienes que sobrecargar tus días. Se trata, en todo caso, de animarse a emprender más de un desafío a la vez. Por ejemplo, si empiezas clases de guitarra un año, quizás también puedas empezar a aprender carpintería.
La investigación concluye que este viraje en el enfoque puede ayudar en gran medida a mantener nuestros cerebros jóvenes por más tiempo, retrasando o ralentizando el declive vinculado al envejecimiento.
Al parecer las estrategias aquí nombradas incrementan nuestras habilidades cognitivas y aumentan nuestros niveles de atención. Y tú, ¿qué piensas sobre este enfoque?
Fuente: Vix